Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

288 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ cientos de caballería, se embarcase con ellos en la escuadra, se di– rigiese a la bahía del Callao y allí quedase, a la expectativa de lo que ocurriera en 'los castillos, presto para intervenir y proceder. La expedición, en efecto, embarcóse en Huacho, pero sólo lo hizo el 30 de enero, a causa de que Cochrane, en su afán insaciable de presas y tesoros, habíase enredado, con los principales buques, en una persecución tenaz contra algunas misteriosas fragatas españo– las (que creyó fuesen la "Prueb2." y la "Venganza") operación en que perdiéronse los días 24 al 29 ( 14). IX Positivamente ninguna ocas10n, en este tantas veces asende– reado designio, más oportuna y dichosa para el éxito buscado, que aquella en que 1a flota independiente, inflando velas con rumbo al Callao, aproximábase a secunaar el empuje de sus correligionarios de las fortalezas. De un 'lado, la guarnición de los castillos, reitera– damente relevada, no alcanzaba esta vez a setecientos hombres, pues reducíase a los trescientos soldados del batallón Cantabria manda– dos· por Cortines, a unos doscientos del batallón del Número , a una compañía de ochenta plazas del regimiento de Burgos, y a la gen– te disponible, siempre escasa, del servicio interior y de la maestran– za. De otro lado, en esos mismos instantes el ejército realista de Asnapuquio,. dando un lamentable ejemplo de indisciplina y de re– belión, ocupábase en deponer ruidosamente al virrey Pezuela y en exaltar al mando, por sí y ante sí, sin otro justo título que la vio– lencia, al jefe del conciliábulo constitucional-liberal español del virreinato, general don José de La Serna (28 de enero). Por desgracia, tantas y tan favorables coyunturas tuvieron re– sultados negativos, diametralmente contrarios al aguardado por el general en jefe y sus cofrades ilusos de la capital. que se estimule al segundo, en caso de que se consideren necesarios sus servL cios. De la de Otermín puede Ud. hacer el uso que tenga por conveniente.– Si, por desgracia, hubieran separado a Ud. del castillo, dejo a su elección la clase de servicio que su patiiotismo, deseos y circunstancias le dicten debe prestar.- Un día de meditadón detenida y una hora de firme resolución van a fijar el destino de América e inmortalizar el nombre de Cortines . Prudencia y denuedo exige la patria de Ud. Gratitud, aprobación y el más exacto curn. plimíento a todo cuanto Ud. ofrezca a la oficialidad y tropa, son los deberes que ella me impone; y aseguro a Ud. que sabrá llenarlos quien le profesa la mayor estimación y es su afmo. paisano.-San Martín.- Bibl. de Paz SoL dán. Doc. MS. núm. 76. (14) San Martín creyó que Cochrane, salido el 24, estuviera de regreso el día siguiente, como habíafo prometido el inquieto y codicioso inglés.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx