Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

290 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ con designio de tomar el Callao; que el coronel Heres venía de comandante de la tropa; y que sin duda habría algunos agentes en el castillo, puesto que tanto se han arriesgado. Con este mo– tivo, salió el virrey (La Serna) a recorrer la costa, y mandó in– mediatamente a Rodil, con mil hombres al castillo; el batallón Cantabria entró en el Chorrillo, y más de trescientos de caballería cubrieron la costa. Este golpe imprevisto nos hizo poner en expec– tación, hústa que descubrimos, no sólo el origen de este suceso, si– no también la introducción de unos espías a los castillos, para ob– servar la conducta de todos" ... (16). XI Sucede que el necesitado ve las cosas con más precisión y cla– ridad que su benefactor; y, en efecto, la comunicación precedente– mente copiada, aparte de explicar nítidamente las causas que traje– ron la segunda suspensión del trabajado y torrentoso plan, acabó con la vibración deslumbradora de una idea, que, aprovechada por alma algo más audaz y resolución más genial y subitánea que la calculadora y tarda de San Martín, habría necesariamente roto con el malhadado sistema de contemporización y pasividad en que el héroe se encastilló durante su permanencia en el Perú, y dado tér– mino rápido, brillante y repentino a la empresa de la emancipación de nuestra República. En efecto, Boqui continuaba y cerraba su importante carta informativa de esta manera: "A pesar de todo, nuestros hombres no desmayan un punto, y sólo piensan demorar algunos días, para lo que me ha parecido con– veniente proponer a V.E. que - respecto de que se hallan más de dos mil hombres fuera del campo de Asnapuquio, empleados entre el Castillo y Chorrillos; el batallón J'? del Infante, con su coronel en Santa Inés (17); y mil doscientos enfermos en los hospitales - se acometa por tierra (pues las tropas que quedan en el campamento no pasan de tres mil hombres, todos enfermos y hambrientos), mien– tras la escuadra amaga un desembarco por la Chira u otro punto de esta costa. Con esto, no sólo se consigue nuestro proyecto, sino tam– bién quedan enteramente desorgani.zados y sin fuerzas. Con la qui– tada de Pezuela, las cosas han tomado un carácter más fuerte. Los concepto antojadizo y yerro completamente injustificado, que, por eso mismo, se hace preciso aquí rectificar y aclarar de una vez. (16) Bibl. cit., doc. MS. núm. 66. (17) Hacienda del distrito de Matucana, en la .quebrada y .provincia. 9e

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