Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

GUERRILLAS Y GUERRILLEROS 309 en Pisco, alzáronse, como por encanto, en torno del campamento y en toda la zona militar dominada por los españoles. Preciso es acreditarlo, para, de una vez, diluir la doble especie de que el Perú fue apenas un "testigo, un espectador impasible" de la acción ejercitada por sus libertadores; y de que esas guerri– llas a que en adelante tenemos tantas veces que referirnos, fueron obra exclusiva y personal de San Martín, y no espontáneo fruto del entusiasmo cívico, de la conmoción patriótica de los nacionales, de los más infelices: de los pobres y despreciados indios de las serranías; de los gañanes, peones y esclavos - mal comprendidos y apreciados - de la costa. Esas guerrillas, ya existentes, organizadas en forma aislada e in– dividual, y desparramadas por todas partes, recibieron, es verdad, organización posterior, genérica, congruente, cooperante, decisiva militarmente, por acto técnico de San Martín; pero su emersión de las bajas capas del pueblo, brote ingénito del patriotismo, fué exclusivamente peruano, nada más que peruano. Apelemos, para establecerlo, a testimonios irrecusables, así de espectadores y actores respetabilísimos de los hechos, como de escritores que, por su nacionalidad y condiciones, se hallen, a ojos del lector, exentos de la más pequeña tacha. V ¿Cuál fué y quién constituyó la primera guerrilla nacional? Veámoslo. "Vidal - cuenta Miller - Vidal, cuyo valor contribuyó tan esencialmente a la toma de Valdivia (5), se hallaba presente en Supe (14 de noviembre de 1820), promovido ya a teniente con gradó de capitán. Este oficial había sido enviado por San Martín, desde Valparaíso, en una 'lancha de pescadores, poco antes (julio de 1820) die la salida de aquel puerto de las fuerzas libertadoras, con el objeto de esparcir proclamas, que conducía, e instruccio– nes dirigidas a los habitantes adictos a la l~bertad e independen– cia de su país. Al intentar su desembarco en las inmediaciones de Huaura, una gran oleada sumergió el bote. Dos hombres de los que (5) Recuérdese que este bravo hijo del Perú habíase embarcado en Supe (13 de mayo de 1819) en la escuadra de Cochrane; pasado a Chile con otros jóvenes peruanos patriotas, entre los cuales merecen preferente recordación Andrés Reyes, Remigio Silva y José Manuel Pagador; y regresado al Perú en la goleta ."Terrible". Hemos tenido ocasión, y la tendremos todavía, de hablar de todos estos meritísimos próceres.

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