Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
• GUERRILLAS Y GUERRILLEROS 311 rancho, no armada todavía; embisten a los que, con las carabinas en el suelo, ensillan sus caballerías; tómanlos prisioneros con oficiales y jefes; Vidal perora a los soldados r:ªsos, todos indíge– nas, y, en consecuencia, todos peruanos; rinden y se conquistan también a los que han quedado clausurados en el patio posterior; apodéranse de las armas y los caballos; y salen victoriosos en pos de San Martín, que según sus nuevas, se aproxima. Peregrinan lar– go tiempo, entre mil riesgos, por desiertos y serranías, hasta que al fin preséntansele en Ancón a donde el héroe acaba de llegar de Pisco. San Martín asciende a Vidal sobre la marcha, dándole la clase de capitán de ejército; y lo proclama ''primer soldado del Perú" (8), "Desde entonces, dice la autora citada, la existencia de Vidal fué una serie de combates y triunfos. Nunca la causa ame– ricana debió fanto al brazo de un hombre solo. La imaginación se fatiga siguiendo su huella en esa campaña de seis años, palenque cerrado en que no pasó un día sin pelear, y vencer. Impetuoso has– ta la temeridad, centuplicándose en todos los sitios donde había peligros que desafiar, siempre a caballo empuñada la lanza o la espada, se le ve, ora arrojarse, con unos pocos soldados, sobre un batallón vencedor, poniéndolo en vergonzosa fuga, como en Huampaní; ora flanqueando al ejército enemigo, apresarle su reta– guardia, como en la retirada de La Serna; ora, entrando casi solo en Lima, ocupada por numerosas fuerzas realistas, sorprender sus centinelas y arrebatar sus patrullas, dejando en pos de sí sangrien- tas señales de su paso 11 • • • ( 9). VI Tal fue la primera montonera peruana, formada aun antes de la aparición de San Martín. Su jefe era peruano; su creación, obra peruana, exclusivamente, como que la misión de Vidal no era de acción bélica, sino de mera propaganda subterránea y pacífica . Pe– ro el arrojo y la bizarría del joven que, lanzando su gorra por las troneras de los fuertes de Valdivia, había impelídose a su asalto, el primero entre todos, dando al viento la espartana frase de -''A donde va mi gorra, ahí voy yo!" - ideó, en un momento de patriótica inspiración, la organización subitánea de aquel primer cuerpo franco, que empezó a obrar solo, absolutamente solo, gota (8) Artículo "General Vidal'', escrito a raíz de la muerte de éste, y publL cado por la autora en la Revista de Buenos Aires, t . II, año 1863, núm . 7, págs. 439 y siguientes. (9) Revista et loe . cit .
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