Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
20 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ Era que aquellos desgraciados aborígenes, víctimas preferidas de la explotación y la dureza coloniales, sentían saltar de júbilo el atribulado corazón, al saber que los recién venidos - perfec– tamente armados; según la fama, invencibles; y a toda vista po– derosos - presentábanse a combatir, humillar y expulsar a los huiracochas (blancos españoles), es decir a los crueles dominado– res de su patria y de su territorio; a los cuasi extirpadores de sú raza; a los déspotas y tiranos que, durante tres siglos,. habíanlos martirizado inicuamente, en mitas, repartimientos y obrajes. Y ese gran pensamiento de San Martín, a que alude el escritor acabado de citar, reducido a soliviantar el anhelo separatista y los conceptos de patria y libertad en los pueblos del interior, que aparecían como dormidos, resignados y conformes con la servidum– bre en lo alto de sus cumbres, laderas y riscos; no sólo quedaba bien cumplido, sino que alcanzaba éxito superar al esperado, con– quistando, en un segundo, para la causa de la independencia, con la vista, con el ejemplo, con ese contagio invencible que dondequie– ra vierten la gloria y el sacrificio, a ese elemento autóctono, su– frido y resistente como ninguno, y en todo tiempo pertinaz y osa– do, que habría, en la magna epopeya, de relampaguear con su fe, 'con su heroísmo, con su abnegación y con su sangre. IV En Castrovirreina, encontróse Arenales con que abrianse a su ojos dos caminos por donde efectuar su campaña penetradora, y que exigíanle estudio detenido, .para calcular el esfuerzo táctico, el alcance estratégico y las proyecciones morales y políticas sur– gentes de su respectiva circunvolución. Era el primero una recta que, pasando por la laguna de Orco– cocha, Huancavelica, Huando, Izcuchaca y Pampas, iba a morir en Huancayo, dando allí ingreso en los grandes valles de la mesa de Junín, donde se asientan las florecientes poblac10nes de Jauja y Tarma, al pie del nudo de Paseo. Esta senda, en general, es, ahora mismo estéril y solitaria, liasta las proximidades de Huancayo; y poco provecho. en conse.. cuenda, podía ofrecer (aparte la suma escasez de recursos). a las miras y objetivos de la campaña de Arenales. La segunda ruta era un semicírculo, que, tendido sobre pro– vincias fértiles , abundantes y populosas, abarcaba en su curvatura las villas o ciudades de Cangalla, Huamanga y Huanta, y multitud de pueblos altivos, valientes, laboriosos, así como valles ardientes
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