Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

GUERRILLAS Y GUERRILLEROS 325 IV Esta partida de Quirós era, .según Miller, "la más atrevida y la más temible de las montoneras"; y, cuando operó al lado del fq.rnoso general inglés, contaba "ciento cincuenta hombres de fuer– za". Fué en la persecución de Canterac, en la segunda retirada de éste. El glorioso Miller, en sus Memorias, se detiene, aunque a la ligera, a describir el curiosísimo espectáculo ofrecido en el vivac por los enunciados guerrilleros. Esa partida, dice, "se componía de hombres de las inclinaciones más bajas y ruines. Uevaban las barbas largas, e iban vestidos en la forma más grotesca. Al hacer alto en l~ noche, era curioso oír sus conversaciones, sentados al– rededor de las hogueras. El uno confesaba haber cometido dieci– siete asesinatos; el otro, haber ahogado a una mujer de setenta años, y violado a su hija; en fin, casi todos contaban hechos atro– ces. Como la mayor parte habían sido compañeros de Quirós en el principio de su carrera, tenía (éste) sobre ellos una absoluta autoridad, a pesar de la familiaridad con que los trataba" ( 10). Hombres degenerados y despreciables un día, de súbito transfor– mados, por amor a su patria, en soldados infatigables y sufridos, listos a pasar por toda clase de privaciones y penalidades, a verter su sangre y a perder la vida, estos guerrilleros de Quirós fueron los que más rudas y feroces, más cruentas y aplastantes sofrena– das obsequiaron a los realistas. Doblaban éstos sus fuerzas y destacamentos, pasaban los días en plena inquietud y las noches en vela, al sospechar siquiera la proximidad de Quirós y su mon– tonera, erigida en peligro ineluctable, o, cuando menos, en ame– naza temible. Algunas de esas sofrenadas hicieron época, y dieron mucho que decir, aplaudir y comentar en los dos campos y en la ciudad de Lima. Tale.s fueron: la sorpresa de San Jerónimo, pueblecillo del distrito de Santa Eulalia, en la provincia de Huarochirí, donde Quirós (12 de marzo de 1821) aniquiló un destacamento español respetable, que acababa de reducir a cenizas seis caseríos o aldeas de la zona circunvecina ( 11); la horrenda embestida de Quillapata, pueblo de Canta, en que se puso a la división de Ricafort en la inminencia de sucumbir (2 de mayo); en que este jefe realista, herido de una pierna, e imposibilitado "de marchar y hasta de ca- (10) Op. et loe . cit. (11) Miller (t . l, pág. 266) dice literalmente que ''lo deshizo".

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