Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

330 GERMA LEGUIA Y MARTINEZ sus ventajas durante las marchas del enemigo, ya despeñando gran– des piedras (a que llaman galgas), ya manejanoo !ahonda, con la que sostenían otro género de mosquetería. Con la honda se arrojan piedras de mediano porte, según el tanteo de la distancia que hace el mismo tirador; y los peruanos tienen, generalmente, tanto pulso en este ejercicio, que cazan aves al vuelo con admirable acierto" . .. "Por esta resistencia, La Serna no pudo pasar la cordillera; per– dió muchos oficiales y soldados; tuvo que echar al río muchos ca– ñones, pertrechos y equipajes, no pudiendo llevarlos consigo por falta de animales; regresó del promedio de la quebrada; y convirtió más abajo, sobre el puente de Lunahuaná, para tomar el paso de Turpo y Turpay. Quiso ir a Jauja por la vía más corta, y dió una enorme vuelta para reunirse a Canterac". (21). En resumen, "las partidas de guerrillas" - al producirse las dos campaiías penetratorias del vencedor de la Florida - "fueron más numerosas y atrevidas, teniendo ya un cuerpo de apoyo por su es– palda. Desde entonces, la guerra de montonera fue recia y simultá– nea en todas las quebradas; las partidas señoreaban todos los arra– bales; extendían sus correrías hasta las mismas puertas de la capital; privaban a ésta de todo recurso y comunicación exterior; y se bur– laban a menudo de los más afamados jefes realistas, que empren– dían inútiles y desastradas salidas" ... (22). Pronto veremos las proyecciones de esta campaña o guerra de sorpresas y recursos, de orden disperso, ofensivo e irregular, que, ante todo y sobre todo, dio margen a la ocupación de Lima, sin gnm esfuerzo ni acción por parte de San Martín. De ella trataremos primordialmente en el capítulo intitulado Asedio de la capital; y ve– remos cómo nuestros montoneros fueron quienes forzaron a La Serna y a Canterac a retirarse camino de la sierra, abandonando, como último y supremo recurso de salvación, la posesión de su. se– de principal al Ejército Libertador del Perú. VIII Ifidepertdient~mente de los patriotas · ~nrolados en las monto~ neras-de modo estable y permanente, surgieron siempre, al paso de los ·dominadores, si no con la generalidad y eficacia que se acaban de. ._ ver .en las guerriHas de Yauyos, las que podríamos llamar gue– rrillas momentáneas u ocasionales; inmovilizables, por decirlo así; (21) Memoria histórica del general Arenales, págs.. 114 a 117. (22).. Memoria, cit., .pág. -140.

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