Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
LA INTENDENCIA DE TRUJILLO 343 el río, entre éste último y el cementerio. Encerraba esta tercera sección unos 8.000 indios; y las otras dos, no menos de diez mil habitantes, entre españoles, blancos criollos y castas; de modo que, en 1820, al proclamar su independencia y libertad, Lambaye– que era un emporio de 18,,000 almas, más que menos (3) . Abarcaba cuatro curatos; con las iglesias o "ramadas" de San Roque, Santa Lucía, Santa Catalina y San Pedro (hoy San Francisco); el colegio de clérigos de San Carlos, de padres de San Salvador; y un con– vento de betlemitas (hospital actual), fundado por el corregidor don Carlos Vigil (4) en 1782. Por lo que hace al partido entero de Lambayeque o Saña (este último era su nombre óficial), extendíase entonces a las tres ac– tuales provincias de Lambayeque, Chiclayo y Pacasmayo y com– prendía en su gran conjunto veintidós pueblos, treinta y una ha- 1ciendas y 32.218 habitantes, a saber: 2.677 españoles (blancos, pe– ninsulares y americanos), 19.754 indios, 4,874 mestizos, 3.153 pardos y 1.760 negros. III "País agradable y delicioso", regado por los ríos de Olmos y de la Leche; por el Crisnejas, Lambayeque o Chancay; por el Taimi o Río-Ancho (derivación artificial del anterior); por el Saña y el Jequetepeque; completamente llano, como desnudo de monta– ñas; sano, ubérrimo, copioso, el partido de Lambayeque, por esos tiempos, era el más rico del Perú; y su capital pudo llamarse, como se la ha llamado siempre, la "sultana del norte"; vivero inagota– ble de trabajo, de industria y de comercio (5). (3) Cosme Bueno, en 1777, le da 7.000 almas; Lecuanda, en 1789, 12.024; pero consta que, en 1820, esos pobladores ascendían a los 18.000 mínimum que se apuntan en el texto. V. el t. III de los Documentos históricos de Odrio– zola, pág. 53; y el II del Mercurio Peruano, pág. 241. La progresión es natural y necesaria, ya que en 1789, la ciudad sola de Lambayeque contenía casi tan– tos habitantes como el partido íntegro, de Trujillo; y, en efecto, Lambayeque, según Lecuanda, como se acaba de decir, tenía 12.024 de aquéllos, en tanto que el segundo contaba 12.141, esto es, un exceso de sólo 117 pobladores so_ bre la ciudad de que ahora se habla en el texto. (4) Que dió para la obra 10.000 ps.- Había, además de las cuatro rama– das, la gran matriz, con honores de catedral como se verá después; más una capilla consagrada a San Carlos - en el convento de los PP. Salvadores - que dio bautizo al barrio de aquel nombre; y otra en la tina de jabón de José Sierra, dedicada a San Judas. La primera de San Carlos tenía delante bue– na plaza, parcialmente prolongada en la grande y hermosa ªlameda del ba– rrio, dotada de bancas, reja y amplias calles de árboles, y cuyos restos veíanse aún en 1881, año en que oímos denominarlos con el mote de "Alameda Vieja". (5) "Por su situación, temperamento y otras proporciones que goza, di– ce Cosme Bueno, se ha hecho el mayor más opulento de la provincia y aun
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