Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

FUERZAS REALISTAS DEL CENTRO 35 Al cruzar, como sucesivamente se cruzó, por Acostambo, :r\l:a– huimpuquio, Sapallanga, Huayucachi, y demás numerosos pueblos, aldeas y caseríos que, a pequeñisimas distancias, alfombran el rico, poblado y hermosísimo valle de Huancayo "donde esos pue– blos se suceden, sin interrupción, como los eslabones de una cade– na, alternando con verdes y alegres sembríos de maíz, trigo, ceba– da y alfalfa, hasta entrar en la bella ciudad de Huancayo (10) , por la ancha y larga calle que recorre la población de un extremo a otro" (11) - interrumpían la marcha de los independientes, gran– des masas de hombres y mujeres, con banderas; arcos triunfales, improvisados de ramas verdes y flores; danzas, que bailaban a su modo, y cantaban canciones con tamboriles y flautas; obsequiando con cánt:tros de chicha, flores, licores, dulces, y cuanto tenían de más agradable, vitoreando a sus libertadores" (12). Todo, dice el mnemógrafo de quien tomamos estos detalles, les fue admitido con efusiones de aprecio y agradecimiento"; pero, agrega el mismo, nada fue tan encantador como unas danzas que, en uno de esos pueblos, salieron al encuentro de los viajeros, ~om­ puestas de las más bonitas y graciosas doncellas, figurando las pallas del Inca: su porte modesto, su candor, y, sobre todo, el modo de expresar, por medio del llanto, sus últimas emociones de placer o de dolor, demostraban la sencillez y naturalidad de su peculiar carácter (13). Los soldados patriotas, henchidos de satisfacción y de ternura, y sin interrumpir su marcha, les manifestaban su gra– titud y su entusiasmo, repitiéndoles que habían resuelto sacrificar su vida, por venir a libertarlos de la esclavitud y de la opresión (14 ). X Salió "en masa" el vecindário huancaíno, a recibir a Lavalle y su columna; aplaudiéndolos "con el mayor entusiasmo"; "preten– diendo detenerlos para obsequiarlos"; y "Grande esfuerzo costó el convencer a los municipales y vecinos notables, de lo inconvenien– te de cualquier demora, y de la necesidad urgente de alcanzar al enemigo". Sólo cuando los favorecidos ofrecieron "aceptar esos (10) Distante, de Pampas, ocho leguas . (11) Rairnondi, El Perú, t . I , págs . 241 y 242. (12) Roca, loe . cit. (13 ) "Pocas eces, dice Roca, he presenciado escena más conmovedo– ra''.- Id. id., pág . 396. (14) Id. id.

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