Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
CAMPAl"rA TERMINAL, DEFINITIVA, DE LA INDEPENDENCIA NOR PERUANA 533 huano, Cancharrayada y Maipú. En abril de 1820 subió a sargento mayor graduado. Su compañía fue la primera que desembarcó en Paracas el 8 de setiembre de aquel año. El 6 de diciembre del mismo, fue, en el Cerro de Paseo, quien con su compañía embistió a la bayoneta y desalojó de sus posiciones al "Victoria" (antiguo Talave– ra), hecho por el cual Alvarez de Arenales le ascendió, sobre el terre– no, a sargento mayor efectivo. Nombrado segundo jefe de su bata– llón, encontróse con éste en el famoso asalto llevado sobre las forta– lezas del Callao el 14 de agosto de 1821. En diciembre del propio año recibió el ascenso de teniente coronel graduado, condición en la cual acabamos de verle fondear en Huanchaco (27 de junio) y entrar en la capital del departamento independiente de Trujillo (28 de junio) "Los conocimientos militares de Arriola y su gran práctica de cam~ paña -decía el general Martínez en nota del 29 al ministro Guido– dan un alto grado de fuerza moral a la expedición, a la que se agre– gará toda la física posible, para concluir en el menor tiempo que sea dable" (12). VIII En efecto, no bien llegaba Arriola, cuando el presidente del de– partamento aprestaba, sobre la marcha, todo lo conveniente y nece– sario para la salida del precioso refuerzo, "único objeto esperado por Egúsquiza para entrar en Mainas" (13). Dispuso a la vez Martínez (debidamente autorizado) que Arriola fuese el comandante en jefe de la "División Pacificadora", y que Egúsquiza quedase de segundo. Retuvo en Trujillo a cincuenta hombres del 11, par a los eventos que pudieran presentarse; y mandó que el jefe expedicionario prosiguie– se con los otros ciento cincuenta, camino de Cajamarca, lugar al cual partieron definitivamente el 7 de julio. Desde ese instante el éxito dejaba de ser dudoso; y Martínez expresaba su fe, su seguridad en el triunfo, al participar el 13 la sali– da de los argentinos veteranos; pues decía: "Según los últimos partes del teniente coronel Egúsquiza, el enemigo no ha salido de Moyobamba, y su fuerza es muy inferior a lo que se había dicho. Ese jefe tiene muy fundada esperanza de sembrar la división entre aque– llos habitantes, y acaso se le pueda facilitar el hacer una contrarre– volución. Mas éstos son proyectos meramente probables; y los que hay de efectivo es que la fuerza que de nuestra parte los va a atacar es irresistible para ellos" ( 14). (12) Docums., cits., t. VII, pág. 283. (13) Loe. cit. (14) Docums., y vol. cit . , pág. 284.
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