Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
44 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ Media hora de matanza, que no de brega, basta para despedazar la gruesa columna de Montenegro. Seiscientos cincuenta hombres quedan, 1 en treinta minutos deshechos, al ímpetu aplaittante y triun– fador de sesentaicinco veteranos de San Lorenzo, que dueños ya del campo, sobre este último recogen cuarenta muertos (5) y algu– nos heridos realistas; y toman veinte prisioneros, incluso cuatro oficiales. Uno de estos últimos es el teniente peruano don Pedro Bermúdez, que, ingresando esta misma noche en las filas y al ser– vicio de la causa independiente, alcanza con el tiempo la alta clase de general de división (1848) y es, catorce años más tarde (1834), electo presidente de la República (6). VI La feroz y mortífera "arreada" continúa, sin tregua ni reposo, hasta el ápice de la cuesta de la cual se precipitan y ruedan, por la falda posterior de la montaña, todos los escapados de la sorpresa, gracias a la imposibilidad en que, por la estrechez de la senda, se ven de obrar simultáneamente los perseguidores. Montenegro, Cárdenas y demás jefes realistas principales, son los primeros en desaparecer. La luna en creciente empieza a ocultarse. Las tinieblas soldado enemigo, otro oficial nos dijo: Ese es un bandido paraguayo, que tiene esa maldita costumbre con todo enemigo que cae en sus manos en los combates: no hemos podido quitarle ese vicio feroz, por más esfuerzos y aun castigos que le hemos impuesto: es preciso matarlo o dejarlo: ese es el mis– mo que persiguió a Ud. ahora, por equivocación: por lo demás es un excelen– te soldado". Roca, id. id., pág. 483. y 484. (5) No ocho, como dice el boletín del Ejército núm. 7, publicado en Huaura el 14 de diciembre de 1820, y repiten Paz Soldán, Bulnes, etc. Expone a este propósito Roca "Montenegro, dejó en el campo más de cuarenta muer. tos, que no sin asombro, vimos después que el boletín del Ejército hablaba de ocho solamente, quien sabe si por error de imprenta, si por negligencia o intento del escribiente del general Arenales, o por otro motivo, que ninguno de nosotros se propuso después averiguar''.- Apuntes, cits., págs. 482 y 483. (6) Expulsado por el pueblo de Lima y vencido al cabo por Orbegoso. Bermúdez nació en Tarma, en 1793; y tenía, en consecuencia, veintisiete años cumplidos, en la fecha de la carnicería de la Cuesta. Muy niño entró este distinguido jefe en la carrera de las armas. Pronto le veremos concurriendo a la batalla de Paseo (ya en las tropas de la Patria), al segundo sitio del Callao, a la victoria de Ayacucho y al desastre del Portete de Tarqui; aprisio– nado en Piura y desterrado a Costa Rica (con La Mar); ejerciendo el minis_ terio de guerra en 1832 y 1833; figurando, de los primeros, en las filas de la Confederación Perú-boliviana; y coadyuvando al movimiento constitucional de 1844, encabezado por Castilla y Nieto. Recibió la pluma blanca del gene– ralato de división cuatro años antes de su fallecimiento, ocurrido en 1852.
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