Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
560 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ escuchárase aún el no lejano clamor de algún huacra pertinaz, qui– zá si destinado a llamar a los dispersos, o empeñado en invitarlos a alguna nueva acometida, despidió Ricarfort dos compañías de jinetes, que, dando luego sobre dispersos y fugitivos, cuando me– nos lo aguardaban éstos, regó el campo circundante, todavía de nu– merosos cadáveres o heridos. Todos cuantos estuvieron al alcance (sin exceptuªr a los últimos) de las armas españolas, fueron, sin misericordia, ultimados como bestias peligrosas o alimañas no– civas. El odio y el furor que, entre las víctimas, despertaron aquellas atrocidades, fueron, desde aquel día, inextinguibles y feroces; y las represalias no se dejaron aguardar en las bregas posteriores contra los realistas ( 11). IX Terres, Barrera, Corvera y Landes, tristes mas no descorazona– dos, retirábanse entre tanto camino de Cangalla, atrayendo y tra– tando de reaglomerar a los dispersos, y llamando a tomar las armas a los pobladores de la heroica tierra cangallina. Al efecto hicieron alto en cierta aldehuela nombrada Chupascon– ga, donde lograron incrementar su fuerza, reanimarla y preparar– la, fuese para resistir a los españoles, si venían en su seguimiento; fuese para ir en su busca segunda vez, caso de no efectuarse el ata– que previsto. Celebróse entre los cuatro caudillos una junta de guerra. Los instantes eran críticos. Chupasconga hallábase situada no muy le– jos de Huamanga, y podía bien ocurrir que, de un minuto a otro, los realistas presentáranse a arrasar con los indígenas. Parece que Terres y Corvera, opinaron por continuar la reti– rada hasta un paraje más lejano y más abrupto, en que se pudiese escoger posici::>nes inexpugnables, a fin de equilibrar el poder de los contrarios, superiores en organización y en elementos, con las defensas naturales y con el número. Llegó en aquellas circunstan– cias un parlamentario de Ricafort, que, preguntando por Terres, propúsole en definitiva la rendición absoluta e inmediata, en cam- (11) "Los serranos están irritadísimos con la conducta bárbara que ha observado Ricafort, degollando sin piedad a todo infeliz que caía en sus ma– nos y cometiendo mil destrozos. Los efectos de esta política ya se tocan: los indios no dan cuartel a los prisioneros españoles, y en sus picas pasean las cabezas de sus implacables enemigos".- Carta de García del Río, antes cit. fecha en Huaura el 3 de febrero de 1821.
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