Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
46 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ La columna vencedora se pone en marcha, y gana la población. Son las doce de la noche (8). VIII Al ocupar el cuartel acabado de abandonar por los realistas, dase en él con forrajes copiosos, almacenados previsoramente por el intendente fugitivo. Llénanse las exigencias de personas y animales. Las primeras duermen, rendidas, sobre sus laureles, y se le– vantan con el sol del 21. Lavalle expide el parte de la reciente .acción, y lo envía al general divisionario, que ese mismo día sale de Huancayo pisando las huellas de su subalterno; esto es, pasando por Matahuasi, San Lorenzo, Huamalí, Apata y Ataura. El documento referido es porteado por el teniente don Floren– tino Arenales, hijo y ayudante del coronel mayor, que lo pone en manos de su ilustre padre, en pleno camino (9). Devora Arenales el interesante pliego, pero ganoso de porme– nores, interroga al emisario. Díscolo, indiscreto, ligero o malvado éste, relata "no sólo lo que ha podido ver, sino aún lo que no ha visto ni ha sucedido". Hasta agrega que, "por haber sido poco activas la marcha y la persecución se ha dejado escapar al inten– dente Montenegro y a sus tropas"; y que, si "no se llegó a Jauja más temprano, ni el ataque a los adversarios efectuóse en claro día, fue por haber el mayor Lavalle detenídose a recibir las ova- (8) El día del triunfo de la Cuesta, hacía tan sólo treinticinco días que Lavalle había cumplido veintitres años, pues había nacido en Buenos Aires el 16 de octubre de 1797. (9) Lavalle designó primero a Roca, según refiere éste último: "Al salir el sol, me ordenó el mayor que me aprontase para Hevar el parte al general Arenales; pero, habiéndole hecho presente que me tenían muy aquejado las contusiones que la noche anterior había sufrido, cuando rodó mi caballo en el acto del combate, m:e eximió de esa comisión, y me dijo que me retirara, que nombraría a otro. En efecto, recayó la elección en don F . A ., oficial que habíamos echado de menos cuando dimos la carga en la cuesta la noche ante. rior".- Loe . cit ., págs. 484 y 485.-No hay que confundir como lo han he– cho algunos historiadores y mnemógrafos a este Florentino Arenales, con otro hijo del general don Juan Antonio, llamado José, también presente en la campaña que narramos, sujeto por mil conceptos superior a su díscolo y chismoso hermano. Ese José es quien redactó y publicó la "Memoria histó– nca" de las campañas de su padre en la sierra del Perú, dada a la estampa en Buenos Aires, imprenta de la Gaceta Mercantil, 1832; interesante folleto in..8, de 276 págs.; a que nos referiremos muchas veces eh esta obra .
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