Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

DE JAUJA A PASCO Y DE PASCO AL CERRO 51 píritu de sus soldados por la sorpresa del 20, el intendente de Huan· cavelica, tomado otra vez desprevenido, apenas si opuso resisten– cia, prontamente reprimida. Así que cayeron en poder de Rojas ca– si todos los oficiales y solo dos escapados de la Cuesta; seis caño– nes, cincuenta mil cartuchos a bala, armas, multitud de pertrechos, doscientos caballos reunidos por el subdelegado fugitivo de Jauja D. Domingo Jiménez y destinados a la división O'Reilly (2), equi– pajes, dinero, comunicaciones, y cuanto los dos veces derrotados llevaban o arrastraban consigo. El vecindario en general, y el patriota platense don Francisco de Paula Otero en particular, cooperaron decididamente en ese triunfo, que limpió el sendero de enemigos. Esta última embestida, descolgada sobre el mal aventurado intendente, prisionero también del adversario, fué una verdadera liquidación. La división Montenegro había desaparecido. 11 Arenales descansó en Jauja cuatro días (22 a 26); y el 27 siguió a Tarma, con el batallón número 11 de los Andes, con la artillería de Hilario Cabrera, con el piquete de cazadores montados de Vi– cente Suárez, con el parque y la demás impedimenta; éstos últimos incrementados con el gran botín de guerra arrebatado al enemigo. El pueblo tarmeño, ya francamente declarado en favor de la Patria con la presencia y el apoyo de la columna de Rojas recibió al severo general con entusiasmo indescriptible, extremando sus manifestaciones de contento, y pidiendo a voces, con Otero a la cabeza, se le permitiese en forma pública y solemne, ratificar el juramento que, desde mucho antes, tenía hecho, de procurar su independencia, yendo hasta el sacrificio. Arenales atendió la solicitud y señaló día para la ceremonia del cabildo abierto en que, según costumbre, debería hacerse el juramento y proclamarse la libertad de la provincia. III Era Otero (3) argentino, como natural de la villa de Jujuy, de (2) Conocemo ya a Jiménez .- Ver la nota 6 del cap. III de esta parte VIII de nuestra obra. (3) No hay que confundir a este personaje con Miguel Otero, también argentino, miembro del "Club de los forasteros " de Lima, y que se comunica. ba con San Martín bajo el seudónimo de "Firme''.-V. el capítulo III, parte VI, de esta obra.

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