Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
682 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ entregar aquella hueste al gobernador de Salta, Güemes, y ponerla a la disposición de las Provincias Unidas del Río de La Plata (8). Todo anunciaba el próximo fin de la dominación peninsular; y, aunque en público fingiesen jactanciosamente los jefes españoles la mayor confianza en sus disposiciones y elementos, fe ciega en la lealtad de las tropas y firme seguridad del último éxito; con todo, secretamente, con la sinceridad y franqueza de que los hombres más cautos y reservados hacen uso en sus conversaciones y comuni– caciones privadas, no podían menos que confesar la falsa posición en que vivían, puestos sobre el cráter de un verdadero volcán; el pésimo estado de los negocios públicos; y los vivos temores de que estaban poseídos respecto al término, posiblemente infeliz, de esa ya larga y dolorosa campaña. VI La más importante de aquellas comunicaciones, dirigida, desde Puno al Ministerio de la Guerra español (el 1<? de enero de 1821) por el severo, adusto y jucioso general don Juan Ramírez de Orosco (9), avanzábase a decir que "la situación del Perú era crítica, lasti- (8) Hemos ya tratado de estos hechos en la Epoca I de la presente µ~w~ i (9) He aquí la nota de Ramírez, íntegra: "Aprovechando la coyuntura que me ofrece la fragata de guerra de S.M.B., nombrada la Macedonia, que acaba de arribar al puerto de Mollendo, con objeto de pasar en seguida al Janeiro, es un deber mío manifestar a V. E. el estado actual de esta parte de Sud-América, y el inminente peligro que se divisa con visos de certeza, si con la velocidad del rayo no se acude al pronto remedio".-En oficio de 16 de diciembre último, particpé al Excmo. Sr. conde de Casaflores, plenipoten– ciario de S .M. cerca de S.M. F. en la corte de Brasil, lo que manifiesta la copia que acompaño, señalada con la letra C; pero, como de día en día van creciendo nuestros cuidados y recelos, al paso que desaparecen los recursos, por la proponderancia que adquiere el enemigo en la fuerza física, y mucho más en la moral, es doble el apoyo que da mi pulso a mi débil pluma, para manifestar a VE., aunque en bosquejo, la crítica y terrible situación del Perú". -"Después que San Martín hizo sus correrías en Pisco, con la conocida idea de aumentar sus fuerzas, ganar la voluntad d e los pueblos, proporcionarse recursos de toda especie, para ponerse en aptitud de garantir su empresa, se reembarcó, llevándose más de 500.000 ps. en azúcares y aguardientes de las ha– ciendas circunvecinas a aquel puerto, con más de mil n egros, y lo demás que fue pres a de su pillaje, según dice la voz pública. Preparó una división, al m ando del caudillo Arenales, contra las provincias de Huancavelica y Hua_ manga; y, a pesar de que no fueron completos los sucesos que se prom tía, alcanzó, sinembargo, revolucionar los partidos de San Juan de Lucanas y Ca n galla, de que resultó una reunión de tres a cuatro mil indios, acaudL Hados por Torres y Morera, que fue deshecha y batida por las fu rzas que
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