Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

LA OPINION EN LIMA 683 mosa, terrible y peligrosa"; que "había un descontento general en los habitantes de América; un vivo disgusto; una desconfianza de perder, para siempre, las esperanzas del buen éxito de las armas mandaba el Brigadier Ricafort.- "Esta operación, preparativa para tranqui– lizar la provincia de Huamanga, y ejecutar después el orden de movimientos convenientes, embarazó seguir la retaguardia de Arenales, quien, por el valle de Jauja y Tarma, dirigió sus marchas para incorporarse con San Martín, situado en Ancón, al norte de Lima".- ''No sé, hasta el día, el paradero de Arenales, ni si haya sido hostilizado por las tropas del ejército de Lima. También ignoro la exacta posición que ocupa San Martín. Esta incertidumbre dimana de que me faltan cuatro correos de Lima; y de que el último que acaba de recibirse por la vía de Arequipa, es atrasado en dos meses, en cuyo tiempo sólo he tenido un expreso del Excmo. Sr. Virrey, en que me pedía tropas, que ya envié, por mar y tierra, en el nllinero de tres batallones, y los dos mejores escuadrones, que equivalen a tres, por estar montados en el pié de tres compañías:; única fuerza de que me he podido desprender, a pe.. sarde la gran falta que hace para otras muchas atenciones, y, principalmente, para cubrir con seguridad todo el dilatado territorio de mi inmediato man.. do".- Por la vía de Arequipa, y con referencia a algunas cartas que se ñ.an recibido allí de Lima, sé, de positivo la desagradable ocurrencia de que el batallón de Numancia se pasó a los enemigos en la noche del 2 de diciembre último. Este contraste, tan considerable y tan trascendental en las tropas del Perú, unido a la pérdida de la fragata de guerra Esmeralda y a la toma de Guayaquil por la intriga y contrarrevolución de la guarnición; ha influido en los habitantes fieles de la América un descontento general, un vivo dis– gusto, y una desconfianza de perder para siempre las e peranzas del buen éxito de las armas nacionales. Agrégase a esto la fuerza moral que San Mar– tín ha conseguido con tamañas ventajas, y lo predispuesto que está el espílitu público a oponerse a todo esfuerzo, ya por el temor que a muchos les asiste; ya por la propensión de la mayor parte al sistema revolucionario, y ya por el recelo que todos, casi generalmente, tienen de considerar infructuoso todo sacrificio que parta de la posibiliqad de nuestros actuales recursos".- "No son, Excmo. Sr., San Martín y sus satélites los únicos enemigos que tenemos. Son mayores y de más consideración los que, por desgracia de esta guerra, abundan ya en todas las capitales, pueblos, y aun en las más pequeñas aL deas".- ~'Acaba de ocurrir recientemente, en los cuerpos de la vanguardia, una sedición de los batallones de Cazadores y Partidarios, por las clases de tropa, que debió ejecutarse el 13 de diciembre anterior, a no ser felizmente descu. bierta por la deladón que se recibió de ella con oportunidad. El plan de Jos traidores era asesinar al comandante general, jefes y oficiales de la vanguar– dia, y llamar después al caudillo Güemes, que viniese a apoderarse del Alto Perú. Son pocas todas las expresiones que se apliquen en la descripción de las fatales consecuencias que hubiera oliginado esta catástrofe, a no haber me.. diado las acertadas y ejecutivas providencias de castigar a los cómplices con un escarmiento ejemplar y cual correspondía a la gravedad del caso".- "En el mismo día 13 de diciembre, con corta diferencia, debía haberse realizado .en Oruro otra revolución, en la que hacía el primer papel el capitán del batallón de la Reina, don Mariano Mendizábal, varios individuos de todas clases, y, lo que es más escandaloso, el mismo Gobernador, teniente coronel

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