Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

EL ULTIMO VIRREY: SUS PRIMEROS ACTOS 731 VII Por lo que hace a la actividad con que los rebeldes proponíanse hacer ostensibles la dejadez o la nulidad de Pezuela, ella no pasó de regocijados deseos y buenas intenciones. Pronto se dio cuenta la opi– nión de que todo había sido un pretexto, y nada más, para saciar los inmoderados apetitos de los sublevados. "¿Por qué -preguntábanse todos, realistas e independientes- si la suspensión de la embestida sobre el campamento de Huaura, fue la causa suprema del escánda– lo, no se apresuraron La Serna, Canterac y demás protestantes contra aquella medida, a promoverla de nuevo asiduamente, a dirigirla y consumarla?" Muy al contrario, viose que los descontentos entregá– banse a la misma inercia que motejaron a su víctima; y que, como ya veremos, dábanse a provocar y entablar otra serie de negociacio– nes y armisticios, que todo lo prometían, menos la preparación y producción de un lance decisivo como aquél que quedara suspenso a las riberas del Pasamayo. Apenas si, el día mismo del cambia– mento, con una falta de pudor que reveló, bien claramente, la impa– ciencia y la desesperada ambición de los complotados, nombróse ge– neral en jefe del ejército a Canterac, y jefe del E.M.G. a Valdés; después de lo cual reentróse en plena calma, remedando, en ella y con ella, la pasividad de San Martín, que, por su parte, pareció adorme– cerse plácidamente en sus acantonamientos setentrionales. VIII Pasó así el mes de febrero, en el que no se produjo otra novedad que la de la instauración de una junta, presidida por el marqués de Valle-Umbroso, constituida (para aumentar los efectivos, del ejér– cito real, impidiendo simultáneamente que con ellos cargase el ene– migo) a fin de "entender en el reparto de mil quinientos esclavos que debían extraerse de las haciendasn y enrolarse en las filas (10). Era esto el 7 de febrero, y ya vimos que La Serna lo participó expresamente al minister io de la Guerra de la Península, en su comu– nicación del 10, agregando que, en la materia, no hacía otra cosa que imitar los procedimientos de San Martín ( 11) . Más o menos el 15 de ese mes, movióse Ricafort sobre Huanca– velica, en auxilio de Carratplá, acampado en el pueblo y puente de Izcuchaca, y amagado, en su frente y retaguardia, por los indios. Días (10) Mendiburu, Dice., t . VIII, p ág. 375 . (11) V . la not a 4"' de ste capítulo.

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