Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
78 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ de retirada de su campo, "intacta" y en perfecto orden, y se ;1éja, camino del oeste, con tanto asombro de Lavalle y de sus solda– dos, como admiración y enojo de Sánchez y de O'Reilly. Llega, en esos instantes, un ayudante de Arenales, con la pres– cripción de cargar sobre esos indolentes o zocarrones carabaillinos, próximos a perderse de vista, y no acaba de oirle el fogoso y deno– dado bonaerense cuando se tiende a rienda suelta con sus gauchos, en pos de los fugitivos. Ya veremos el éxito de esta otra persecución, y nos explicare– mos la conducta incomprensible a primera vista, del futuro gran mariscal, Protector de la Confederación Perú-boliviana, Andrés San– ta Cruz. X ¿Qué ocurre entre tanto en la derecha patriota, o sea en la iz– quierda de la línea de batalla realista? Bajo los tiros incesantes, aunque imprecisos, de la artillería española (instalada, según se sabe, sobre un montículo, dominan– te del llano fronterizo y de los lagos), el batallón número 2, con su jefe Aldunate a la cabeza, dispárase en dirección á las dos la– gunas de Patarcocha; y mientras sus cazadores montados y algu– nos infantes simulan emprender ataque total de frente sobre las eminencias ocupadas por el batallón de milicias\ "Concordia del Mi– neral", empeñándose en un fuego consecutivo y graneado con éste último - el grueso de esta otra ala independiente deslízase a lo lar– go de la faja divisoria interlacustre, velado por la crestería baja de la senda; bordea la orilla izquierda de la laguna mayor o nor– oriental; y, en los momentos exactos en que Deheza embiste al "Victoria" por la destrozada arquería del acequión, y Medina por la rota compuerta de la laguna menor o suroccidental, flanquea die~tramente al adversario, presentándosele de improviso, entre descargas cerradas espantosas, a la siniestra extremidad de los es– tupefactos y poco aguerridos cerreños, un sí es no es disciplinados y que huelen la pólvora por primera vez. Los bisoños soldados en– tran incontinenti en plena confusión: confusión que se intensifica al ver como Aldunate (al igual que sus conmilitones de la izquier– da, ya en esos instantes casi vencedores) atácalos a la bayoneta, invi– sible de pronto entre los nubarrones de humo de las salvas mortífe– ras que acaba de hacer. Entontecidos primero, alebronados después , desorganizados y en completo desorden por fin, danse los "concor– aes" a la fuga, como simultáneamente practícanlo por su parte, en la derecha realista, los mismos soberbios veteranos del "Talavera".
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