Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

82 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ sa, a punto de no poder ya1 gobernar ni extraer a sus cabalgaduras; visto lo cual, el escuadrón entero hubo de retroceder, para arrimarse a la derecha, buscando las faldas y laderas de las alturas. En éstas, por lo angosto, abrupto y difícil del sendero, apenas si pudieron proceder, a la desfilada, de uno en uno. III No habían adelantado mucho trecho, cuando viéronse conjun– tamente atormentados por otro gravísimo accidente; y fué que los caballos, no acostumbrados a soportar los efectos del enrarecimien– to del aire - en zonas, como aquella, levantadas a más de cuatro mil metros de altura - empezaron a asorocharse a la par que los jinetes, acabando algunos de los primeros por desplomarse, imposibilita– dos por la fatiga; y teniendo no pocos de los segundos que plantarse en consecuencia a la vera del camino. El propio bridón del anhelo– so comandante, ya impaciente éste y desesperado, concluyó por ha– cerse inútil; conflicto que, iluminando el criterio práctico de Lavalle, hízole cambiar de procedimiento. Pensó, en efecto, más acertado aunque más moroso, el perseguir parsimoniosamente con el grueso de su caballería, dándole antes un ligero descanso; y hacer que el teJliente Suárez, con diez jinetes de los mejor traídos, continuase la persecución jnterrumpida, si no con la actividad y rapidez · que eran de desear, por lo menos con la tenacidad requerida por el na– tural empeño de redondear de aquel lado la victoria alcanzada, si fue– se posible. IV Iban los carabaillinos, tranquila y mesuradamente, en pos de 'su lejano destino, por la vía del Diezmo, hacienda de la parroquia de Huaillay, hacia el pueblo de Yanahuanca, al parecer elegido para término de su primera jornada; y hallábanse a cinco leguas del Ce– lTO, más o menos ( 1), seguros casi de no ser perseguidos - cuando vieron asomar de súbito, por las cercanas eminencias, un piquete de a caballo del enemigo. Era la descubierta de Lavalle, de que ya se ha hablado, comandada por el teniente paraguayo vencedor de Quimper en Nasca y Acari. Recuérdese que, al partir de Lima el 18 de noviembre, Santa Cruz (como O'Reilly y como todos los jefes españoles destacados al Cerro) sabía bien que, a contar del 3 - fecha en que los soldados de (1) Yanahuanca dista ocho de ese asiento mineral, y el Diezmo, seis .

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx