Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
98 CERMAN LECUIA Y MARTINEZ actividad, para que se comunicara al Gobierno de Colombia, con la prontitud que su importancia exigía y que el general Mires deseaba, el resultado de las conferencias entre éste y el Gobier– no de Guayaquil". El buque se hallaba cargado de municiones de guerra, que se empezó a desembarcar. La salida, en conse– cuencia, no podría ser del momento. Las demás embarcaciones destinadas a conducir las tropas colombianas de Buenaventura, saldrían después, en el número y tiempo que se acordasen, "pa– ra que no se frustraran los votos del pueblo guayaquileño, ni los deseos del Libertador; y se apresurara el día glorioso de arro– jar la tiranía del último á ngulo del sucio patrio". Era lo que, a falta de avenimiento voluntario, importaba a la causa colombiana. La realidad del apoyo y del auxilio de un hombre como Bolívar (mientras San Martín por su parte no ha– cía nada) excitaría la gratitud popular, la admiración y el en– tusiasmo por Colombia, ahogando cualesquiera sentimientos y propósitos adversos a ésta y favorables al Perú. El ingreso de fuerzas competentes, en un pueblo débil e inexperto, ante las otras del lugar, colecticias y bisoñas, haría lo demás. XIX La nave prometida no estuvo expedita para dar la vela de Guayaquil a Buenaventura hasta el 18 de marzo. En esa fecha dejó el puerto, llevando comunicaciones de Mires para su jefe; y, para éste mismo, la siguiente 'interesante nota, suscrita co– lectivamente por la Junta Suprema del Guayas: "Excmo. Sr. Simón Bolívar, Libertador Presidente de la Re– pública de Colombia.- Las letras de V. E., que nos ha presen– iado el señor general Mires, han sido recibidas con el aprecio y respeto debidos al insigne Libertador de Colombia". "En los principios de nuestra transformación no fue posi– ble comunicarnos con V. E., porque aún estaban ocupadas todas las provincias intermedias y V. E. había regresado a las extre– midades de la República desde la capital de Bogotá, a donde ha– bía venido, poco .antes con aquella celeridad que nos cuentan de los capitanes vecinos a los siglos fabulosos, y consiguiendo en cada marcha una victoria sobre los enemigos y en cada paso un triunfo sobre los elementos". "La nueva aparición de V. E., ha sido una sorpresa la más agradable para estos pueblos, y el presagio de la integridad, esta-
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