Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

LA CONTROVERSIA 103 XXII Este proyecto o minuta de convenio fue pasado formalmente con nota que la Junta dirigió a Mires en Ja misma fecha (12 de abril). Pero ocurrió lo inesperado: el personero de Colombia no qui– so suscribirlo, y has ta se excusó de discutirlo y modificarlo, por– que quedó, con Ja propuesta, profundamente disgustado, y con– fiaba en que la acción, el poder y el prestigio de su Presidente, a quien había impuesto del estado y rumbo de las cosas, hicieran, directamente, lo que él por sí veía imposible de alcanzar. Habría el gestor querido -ya que no la incorporación polí– tica general que pretendía, dura de cocer desde el principio- por Jo menos una incorpor ación militar, una sujeción de hecho, un protectorado: algo semejante a lo que Guido, en Ja esponción de 30 de diciembre de 1820, pudo obtener para el Perú. Escocía– Je haber de aceptar y suscribir el convenio de cooperación, sobre aquellas "bases de amistad y fraternidad" de que se prendía el artículo primero, preñadas de intenciones y promesas, contrarias ciertamente a la primordial finalidad de su comisión. Ello sería absurdo en parangón con el objetivo que había venido a buscar; y, dada Ja renitencia de la Junta en ese punto, prefirió cruzarse de brazos. Con tal disposición de ánimo, y obligado a dar una respuesta, echóse a divagar militarmente, y a exponer que, de no ser Ja anexión franca y decisiva que planteara "para felicidad de Guayaquil", no le era posible negociar ni firmar otra cosa. Tal es el resumen de la nota que se inserta en seguida, hecha, deshe– cha y rehecha muchas veces, y que sólo partió a su destino ca– torce días después, esto es, el 20 de abril. "Excmo. Sr. Presidente y Vocales de la Junta Gubernativa.– Excmo. Sr. - Cuando el sabio Congreso de Colombia extendió su vista hasta este bello país, para hacerlo una pa rle de su Repú– blica, no tuvo otra mira sino su felicidad. Siempre contó con ver– lo libre, y juró sacrificarse hasta conseguirlo. No le !1a sido pre– ciso cumplir sus votos, pues el esfuerzo de los célebres hijos de Guayaquil al fin triunfó y supo presentar a esta provincia en el rango distinguido de soberana e independiente del yugo español". "Los departamentos de Venezuela y Cundinamarca admira– ron, como era justo, tanto patriotismo y resolución, lo celebra– ron, y sólo han suspirado por ver libre el de Quito, para que sea formada la gran masa que debe hacer temblar a los tiranos de

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