Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
CAPITULO IV LA CONTROVERSIA (conclusión) SUCRE Y SALAZAR I Hallábase a la sazón el joven general en el Trapiche, donde, utilizando la vigencia del armisticio, ocupábasc en rehacer el ejér– cito aniquilado el 2 de febrero de 1821 en la abrupta quebrada de Jenoy; empresa militar que, en poco tiempo, logró consumar con su tesón, esta vez expuesto a ruda prueba, y ensanchar con su espíritu eminentemente diplomático, benévolo y conciliador; al extremo de atraer e incorporar en sus filas renacientes, ya no só· lo a soldados americanos, aislados, que en gran número desam· paraban las líneas realistas; sino a partidas enteras de guerrille– ros, comandados por jefes, como Muñoz y Castillo, señalados por su odio pertinaz contra la causa de los patriotas. Allí, sobre las ásperas y frígidas anfractuosidades pastusas, pensaba y trabajaba en espera de la ruptura, para proceder a prestigiar los decaídos estandartes independientes, cuando llegó– le la orden de partida, con el pliego de las instrucciones a que debía someterse y la determinación de las fuerzas que habían de acompañarle en su comisión. Debía salir de Trapiche con dos mil quinientos veteranos del ejército de Pasto; seguir a Buenaventu– ra; embarcarse con destino a Guayaquil, en donde se presentaría con las tropas aludidas y con la abundante provisión de armas y municiones que había de llevar consigo; y en dicho puerto: 1~ negociar la incorporación a Colombia del territorio del Guayas, que el Congreso de Angostura había incluido en el perímetro na· cional, como una de sus provincias; y cosa igual respecto a la zona de Cuenca, que Bolívar suponía aún dominada por las au– toridades independientes; 2~ ponerse, por acto propio, una VC'Z proclamada la anexión procolombiana, a la cabeza del ejército; y,
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