Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

LA CONTROVERSIA 113 próxima como estaba a vencerse la tregua semestral de Trujillo (en 27 de junio), emprender, con las fuerzas colombianas de su mando y las guayaquileñas que hubiese organizadas, campaña activa sobre Quito, a fin de distraer la a tención del enemigo por esa parte, y facilitar las operaciones patriotas del lado de Pasto; 3? ofrecer a las provincias que se pretendía incorporar, todos los derechos que la constitución política r econocía a los otros pue– blos de la República; 4? poner a su disposición y ser vicio, para la común defensa, el parque copioso que, con tal objeto, se le mandaba transportar; con él organizar n uevos cuerpos en Guaya– quil, y a sí incrementar el número de soldados llamados a coronar la empresa que se le encargaba como objetivo preferente y pri– mordial; 5? aplazada o denegada la anexión, obrar como auxiliar, colocándose siempre a la cabe:fa de las tropas, en combinación esencial e inaplazable con la campaña que iba a abrirse sobre Pasto; y 6? volverse a Cundinamarca, si, por cualquier evento inesperado, resultaran estériles las instrucciones precedentes. II Incontinenti, y después de entregar los efectivos restantes de Trapiche a su sucesor en el mando general Pedro León Torres (poco después desbaratado en Patía y Quicacé), salió Sucre hacia el oeste, no con dos mil quinientos veteranos - porque a raíz de la rota de Jenoy no los había- sino sólo con mil de ellos, a saber: seiscientos buenos soldados del Santander, batallón a cu– yo frente estaba el bizarro coronel Félix Soler; y cuatrocientos del Albión, cuerpo de infantería así llamado, por ser gran parte de sus oficiales oriundos de Inglater ra. Unidos a ese núcleo se– lecto unos setecientos reclutas, y por ende con un total de mil setecientos hombres bien armados y equipados, Sucre llegó a fi– nes de abril al puerto de Buenaventura, listo para embarcarse a !>u destino. Fondeadas en la bahía, h alló las embarcaciones a su encuen– tro despachadas por la Junta de Guayaquil. Desde el 14 del ci– tado mes, habían ido arribando, sucesivamente, una fragata, dos bergantines, una corbeta (la Alejandro, recientemente comprada por Colombia en Chile), dos goletas y a lgunos trasportes (el últi– mo de los cuales, había zarpado de la ría del Guayas el 28). En ellos llevábase víveres para mil quinientos soldados. Constituida a su bordo división tan apreciable, transportóse ésta, con su jefe

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