Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

114 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ a Guayaquil, en cuyas riberas una y otro dieron pie el 7 del si– guiente mes de mayo (1). III La sola presencia de auxilio tan valioso fue un golpe rudo para la prepotencia del Perú, cuyo libertador no daba hasta en– tonces señales de vida en los asuntos del Guayas; y bien hubiera podido ser inmediato y favorable el éxito de la misión de Su– crc, a no haberle opuesto recia valla el sentimiento arraigada· mente peruanista de los miembros 'tle la Junta. Desembarcado apenas, y exhibidos sus poderes, el joven ge– neral diose a celebrar numerosas conferencias, en las cuales des– plegó todos los recursos de su talento y elocuencia, en el sentido de que Olmedo y sus colegas decidiesen la incorporación. El 12 de mayo abrigaba todavía alguna esperanza de obte– nerla; porque, en nota de esa fecha, decía al Ministro de la Guerra de su patria, coronel Briceño Méndcz: "Aún no he terminado mi comisión con el Gobierno, porque uno de los miembros está enfer– mo, y la mai;cha de los negocios tiene la lentitud que es consiguien– te a estos gobiernos insubsistentes. Por las comunicaciones del se– ñor general Mires, estará instruido el Libertador de la negativa que se hizo por el <;;obicrno a la incorporación de la provincia, fun– dándola sobre razones que en mi concepto son especiosas, por– que la voluntad general está pronunciada por Colombia. Los rea– listas son los principales agentes de la separación, pero con poco provecho; y me prometo que, antes de salir la presente, tendré la honra de trasmitir un venlajoso resultado de mi comisión en este punto". Pero, tres días después -el 15- ya triste y descorazonado decía al mismo funcionario lo siguiente: "Después de m is confe– rencias, mis solicitudes y mis manifestaciones más interesadas a este Gobierno por Ja incorporación de Ja provincia a la Repú– blica, yo no he obtenido otra contestación, sino que Ja falta de sus facultades les impide hacer esta declaración, mientras no se reúna la Junta o Asamblea electoral". En consecuencia, con el gran sentido práctico que le era dis– tintivo, desvió sus esfuerzos de aquella gestión ardua y estéril, e inició un cambio de ideas acerca del objetivo común: la campa· (1) Notas de la Junta a Bolívar, datadas el 14 y 28 de abril de 1821: colecc. Aranda, t. III, págs. 35 y 39.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx