Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
LA VIOLENCIA 211 XXII Como antes ardiera en impaciencia, esta vez Bolívar saltó de júbilo. S us planes quedaban cumplidos, la anexión guayaquileña , consumada . Ahí, entonces, de las promesas y los adjetivos y adver– bios meloso - altisonantes. Y habló por boca de su secretario: "Con el mayor gozo ha recibido S. E. el Libertador la aclamación gene– rosa con que el pueblo de Guayaquil, por medio de sus dignos re– p resentantes, ha fijado para siempre su alto destino, entrando es– pontáneamente a formar el todo de la gloriosa República de Co– lombia. Guayaquil, por este acto inim itable e incondicional, ha contraído, para con el gobierno de Colombia, un derecho eterno de protección y de gratitud. Pida Guayaquil cuanto haga su feli– cidad y gloria compatibles con la soberanía nacional, que el Liber– tador se hará un grato deber de rogar a los representantes del pueblo en Congreso, para que Guayaquil sea, si es posible, la pro– vincia más favorecida de Colombia". Acababa esta comunicación indicando que los diputados gua– yaquileños podían prestar "el juramento de forma ante su digní– simo presidente", y que ese presidente "se sirviera pasar al pala– cio del Gobierno a prestar el suyo en manos de S. E., el Liber– tador". Así se hizo. Cerróse el acta y declaróse la asamblea "en re– ceso, ratificando sus ardientes aclamaciones de exaltación y júbi– lo, por el augusto y solemne reconocimiento que acababa de ha– cer del código constitucional colombiano, en cuya observancia es– peraba encontrar los elementos de prosperidad y gloria de la pro– vincia que había representado" (32). (32) Firm aron el acta los diputados que siguen: por Guayaquil, Vicente Espantoso, Vicente Ramón Roca, Francisco Javier Pérez, Pedro de Bena– vente, Diego Ma nrique, Luis Fernando Vivero, Ma riano Arcia, José María Peña, Bernabé Cordero, Diego Novoa y Pablo Merino; por Baba, Francisco N. Aguirre, Miguel Jerónimo Rivera, Sebastián Antonio Delgado y José Ga– briel Avilés; por Jipijapa, José Leocadio Llona; por Congón, José Bendino; por Portoviejo, Manuel Rivadeneira y Ma ria no Cevallos; por Pa lenque, José Antonio Mar cos; por Naranja l, Jerónimo Santa Cruz; por Montecristi, Caye– tano Ramírez y Fita y Rudecindo Luca s; por Sambor ondón, Juan de Dios Florencia; por el Morro, Basilio Tirso; por Daule, Gaspar de Santisteban, Manuel de Lara, J uan de Avilés, José Carbo y Cristóbal Alarcón; por Baba– hoyo, Juan Antonio Vivero y José de Garaicoa; por Charapotó, Francisco Alvarado; por Puebloviejo, Vicente Pususcano y Sebastián de Puga; por Santa Lucía, Nicolás Antonio de Martíncz; por La Canea, Ma ria no Santos;
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