Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
216 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ necesaria, ya que el orden de los acontecimientos nos ha consti– tuido en alto grado responsables del éxito de esta sublime em– presa". 11 Y San Martín no estaba solo en la ardiente concepción y per– secución de aquel designio, que también imperaba irresistible en el pecho de su mentor -el Ministro Montcagudo-. "Tomé -ex– clama este último- tomé grande empeño en este negocio, y me lisonjeo de ello (porque el resultado nada prueba contra mis mi– ras): esperaba que la entrevista de dos generales a quienes acom– pañaba el esplendor de sus victorias y seguía el voto de los hom– bres más célebres de la revolución, sellaría la independencia del continente y aproximaría la época de la paz interior: ambos po– dían extender su influjo a una gran distancia de la equinoccial, uniformar la opinión del norte y del mediodía, y no dejar a los espafi.olcs más asilo que la tumba del océano. Por mi parte, yo quedé lleno de estas esperanzas, y a esto aludí cuando, en mi cxposic_ión de 15 de julio (1), dije que nos hallábamos en la vís– pera de grandes acontecimientos políticos y militares" (2). III ¿Cuándo, por qué y de qué modo surgió en el ánimo del Pro- 1ector aquel anhelo de ir en patriótica peregrinación al estuario majestuoso del Guayas, "a encontra r al Libertador de Colombia", parn conforme a la hermosa frase de Mitre, "abrazarse con él y repelerse, bajo el arco del triunfo del Ecuador del Nuevo Mundo, en la región de los volcanes y de las palmas siempre verdes?" (3). Sabemos que, desde el 29 de octubre de 1821, ya vencedor en Boyacá (7 de agosto de 1819) y en Carabobo (24 de junio de 1821), Bolívar había despedido, con destino al Perú, a su primer edecán coronel don Diego !barra, con comunicaciones para la Junta de ( 1) Redactada, por orden de San Martín, para presentarse a l Consejo de Estado, con la relación de los hechos y servicios del Protectorado hasta el 19 de enero de 1822; y continuada, por exigencia de Torre Taglc, con los de la Delegación Suprema, hasta el 15 de julio del propio año. (2) Memoria sobre los principios que seguí en la administración del Pe– rtí. Quito, 1823. (3) Op. cit., vol. III, pág. 298.
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