Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
222 CERMAN LEGUIA Y MARTINEZ sus vecinos del sur, a quienes por tantos títulos debía preferir como sus primeros amigos y hermanos de armas".- San Martín resolvió, a la posible brevedad, en pos de la entrevista tantas ve– ces anunciada y otras tantas diferida; despidió, a principios de julio, a la casi totalidad de la escuadra del Perú, puesta a las ór– denes del vicealmirante argentino don Manuel Blanco Encalada, con orden de presentarse en Guayaquil, y allí aguardar y recibir a la división de Santa Cruz, junto con las tropas colombianas auxiliares destinadas a nuestra república; tropas que, como las nacionales deberían ser conducidas a l Callao (10); y fijó entre los días 14 y 18 de julio siguiente Ja fecha de su partida al septentrión en busca de Bolívar. Así se apresuró a anunciarlo a este último en su nota respues– ta del 13 de julio, que a la letra decía: "Los triunfos de Bomboná y de Pichincha han puesto el sello a la unión de Colombia y del Perú, asegurando al mismo tiempo la libertad de ambos Estados. Yo miro bajo este doble aspecto la parte que han tenido las ar– mas del Perú en aquellos sucesos, y felicito a V. E. por la gloria que le resulta al ver confirmados los solemnes derechos que ha adquirido al título de Libertador de Colombia. V. E. ha consuma– do la obra que emprendió con h~roísmo, y los bravos que tantas veces ha conducido a la victoria tienen que renunciar a la espe · 1anza de aumentar los laureles de que se han coronado en su pa· tria, si no los buscan fuera de ella. El Perú es el único campo de batalla que queda en la América, y en él deben reunirse los que (10) El 23 de junio, aún antes de recibir la nota de Bollvar del 17, se había resuelto enviar a Guayaquil los buques de guerra y transportes de que se habla en el texto, según aparece del oficio siguiente: "Sr. Gral. D. Anto– nio José de Sucre.- Lima, junio 23 de 1822.- Sr. General: Después de la victoria que ha alcanzado U.S. contra los españoles, sólo resta exterminar a los que existen en el Perú.- S.E. el Protector difirió llevar a cabo algunas comuf\icaciones, mientras no tuviese noticia de aquel glorioso suceso; mas, habiendo correspondido a sus esperanzas y siendo necesario dar un impulso decisivo a la campaña, aguarda S.E. que, no sólo venga al Perú la división del coronel Santa Cruz, que se halla alli sin objeto, sino que también le acompañen, a lo menos, 1,500 a 2,500 colombianos, que participen en este territorio de los laureles del Ejército Libertador, así como nuestras tropas disfrutaron de los adquiridos en las faldas del Pichincha. Con este objeto, se han dado ya las órdenes convenientes para que vaya a Guayaquil com– petente número de transportes, esperando S.E. el Protector que US. se servirá dar inmediatamente las disposiciones correspondientes para que las tropas marchen a aquel puerto y tenga fin de una vez Ja desastrosa guerra de Amé· rica.- Reitero a Ud., etc.- F1rmado: Bernardo Monteagudo".- Recibida la nota a que se alude de Bolfvar, la escuadra apresuró su salida.
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