Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
234 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ cada cual oficialmente, la bienvenida (19). Avanza el receptor con estos acompañantes y su propio séquito, primero a lo largo del malecón, y en seguida por la avenida conducente al palacio que se le ha dispuesto. "Alto y bien formado, de continente serio, pero de maneras francas y sencillas", como le pinta Larrazábal, vese convertido en blanco de todas las miradas, sin revelar la menor emoción, acostumbrado como está a tales manifestaciones. Agól– pase el concurso a su paso, ansioso de conocerle, y dondequiera prorrumpe en aclamaciones, que el vitoreado corresponde salu– dando con la cabeza y con una serena sonrisa. Así se llega, al fin, frente a la casa de Luzárraga. XXI Bolívar, mediano de estatura, cetrino, inquieto, nervioso, ha descendido del salón, emplazado en alto; y espera a la entrada, al pie de la escalinata de ascenso. Viste de gran uniforme, y, como se ha insinuado rodéale brillante comitiva de militares y vecinos notables, en que resplandecen los recargados trajes y entorchados de su Estado Mayor. Al dirigirse San Martín hacia él, sale a su l'ncuentro. Ambos grandes hombres abren simultáneamente los (19) De una vez y para economizar a cada paso citas que resultarían repetidas, cansadas e inconducentes, diremos que, en este punto, hemos con– sultado, reunido y concordado y rectificado. con Ja más escrupulosa crítica, cuantos datos aparecen: 1• de las publicaciones de la época, así peruanas como colombianas y argentinas; las muchas posteriores, algunas interesan– tísimas, como La Revista de Buenos Aires y La Revista Peruana; 2• de todos los documentos, aunque escasos, que ex.isten sobre Ja materia; y 3• de la obras, memorias o a rtículos de Mitre, Larrazábal, Cevallos, Blanco Fombona, Lorente, Paz Soldán, García Camba, Torrente, los dos Villanueva (Laureano y Carlos), Rcstrepo, Vicuña, O'Leary, Mosquera, Miller, Blanco y Azpurúa, Lafond, Hall, Baralt Coroleu, Aranda, Espejo, Guido, Bulnes, Cruz, Andrade, etc. Algunos de esos escritores, como Larrazábal (vol. II, pág. 153), Paz Soldán (t. I, pág. 308) y Villanucva Carlos (pág. 233) dicen que Bolívar salió a recibir a Ja Macedonia, hasta "fuera del tiro de cañón". Ello no es exacto: hemos visto que, aún fondeada Ja goleta, Bolívar -como lo expone él mismo en su se– gunda carta de 25 de julio- no sabía si era cierta la llegada de San Martín, que para él fue una "sorpresa". Salir lejos a recibir a su huésped habría sido conocer el hecho de su arribo anticipadamente; y nos consta ya que no fue así. Repetimos que, compulsados todos los datos, prefiriendo por supuesto a Jos testigos presenciales, la única versión verdadera es la que damos en el texto.
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