Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
CAPITULO VIII LAS FUENTES DE LA ENTREVISTA I Si en vida de los dos excelsos creadores de Ja independencia meridional cupo a Guayaquil Ja oscura suerte de ser manzana de sus discordias, primitivo tempestuoso cúmulo que pudo ensom– brecer y aun e,nsangrentar el horizonte de nuestra América; co– mo proscenio histórico de su primero y único abrazo, su primera y última entrevista, tuvo, en muerte de los mismos, el triste pri– vilegio de alimentar, por casi un siglo, la contradictoria facundia de nuestros mnemógrafos, las acaloradas controversias de nuestros historiadores, y la palpitante curiosidad de todos los americanos del sur, anhelosos de saber lo que ocurriera, se tratara y convi– niera en las profundidades de aquel extraordinario y nebuloso acon– tecimiento. La ausencia absoluta de testigos, el misterio en que encerrá– ronse sus dos grandes actores, y la desesperante escasez de docu– mentos fidedignos en que conservárase constancia auténtica de los puntos contemplados, de las ideas emitidas y de los acuerdos to– mados en la interesante conferencia: todo ha contribuido a sus– citar las suposiciones más arbitrarias, a admitir las aseveraciones más caprichosas y gratuitas, y a exacerbar el ansia de notoriedad de personajes que, no habiendo sido más que figuras secundarias, piezas insignificantes emplazadas en los alrededores del escenario y de la escena, han pretendido, por necia vanidad, exhibirse ante los pósteros como poseedores de un secreto que de pronto juz– góse impenetrable, semirreligioso y esotérico. Pero el tiempo, que, con su mano frígida y rugosa, descorre audaz e irrespetuoso to– dos los velos tendidos sobre los más recónditos actos y pensamien– tos de los hombres, ha proyectado al fin, suficiente claridad sobre
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx