Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

248 GERM/\N LlJGUI/\ Y M/\RTINEZ tídose a guardar; ora, en fin, porque para el presidente colombia– no perdiesen todos su valor las misivas de un personaje que, si– multáneamente, anunciaba su decidido propósito de renunciar a toda figuración posterior, militar y política. Aun pudo suceder que Bolívar hubiese contestado Ja carta, como "contestaba cuantas se le dirigían"; sólo que, debiendo la contestación de haber sido excesivamente tardía, por las circuns– tancias anotadas en los apartes precedentes, tal respuesta no lle– garía a manos del destinatario, ausente del Perú, desde el 20 de setiembre, primero en Chile y después en la República Argentina ; razón por la cual era imposible que la expresada pieza existiera y pudiera encontrarse en el archivo del Protector. Y hasta podríase afirmar que el Libertador se juzgó excusado de la réplica, supuesta la desaparición inminente de un rival así resuelto a eliminarse; de donde resultaba superfluo volver sobre puntos virtualmente despejados con la eliminación, y que, trata– dos otra vez, además de mortificantes en sí, no ofrecían ya la me– nor utilidad para uno y otro contendores. Sea de ello lo que fuere, dadas Ja seriedad, la altura y demás condiciones personales del fundador del Perú, bástale a su carta del 29 de agosto, para ser auténtica y respetable, esta sola consi– deración, tomada en cuenta por el más grande de sus biógrafos "haber tenido la aprobación de San Martín" (10). X La más completa e importante de las pruebas referentes a la entrevista es, sin disputa, la nota que, en 29 de julio de 1822 (dos días después del discutido acontecimiento), dirigió el secretario de Bolívar, general don José Gabriel Pérez, a l Ministro de Re– laciones Exteriores de Colombia; importante, por haberse redac– tado ex profeso para historiar la conferencia pormenorizando sus tópicos e incidentes; completa, porque fue directamente inspira– da, y quizá si personalmente dictada por Bolívar. Ninguna fuen– te, pues, más autorizada, para fijar ideas sobre el hedio, que esta insospechable para los bolivaristas, y preciosa para todos, por su finalidad, concreción y procedencia. Tal nota -repetimos- permaneció desconocida hasta 1911, año en que dióla a luz en Bogotá el escritor colombiano don José (10) Mitre, op. cit., vol. III, pág . 639.

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