Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

LA ENTREVISTA 265 demás. La tilde, para el desfavorecido, resulta, a la vista de los pósteros, la más valiosa de las alabanzas (18). Para San Martín, Chile tiene asegurada su situación, gracias a las relevantes dotes del Director O'Higgins, con quien dichosa– mente comparte de los mismos sentimientos y opiniones, y man– tiene la más perfecta amistad (19). Buenos Aires y las demás pro– vincias del Río de La Plata, aunque sacudidos por una per sistente anarquía, van poco a poco constituyéndose y consolidándose. Se engaña el Libertador (que indudablemente ha deslizado conceptos de sentido intervencionista), al creer que el desorden interno de la altiva nacionalidad platense, no cederá sino ante la presión de una mano férrea y extraña: el pueblo argentino no soportará otra vez tutela alguna: se basta a sí mismo para organizarse (20). Res:eecto a la flamante monarquía azteca, proclamada en 21 de mayo de aquel año 22, el vencedor de Maipú poco dice, porque es poco lo que esa monarquía le interesa y, en consecuencia, tam– bién muy poco lo que de ella sabe (21). Agotadas al parecer estas materias, y al fin rompiendo tras larga y enojosa pausa, San Martín enuncia, casi tímidamente, el problema de Guayaquil, que hasta ese instante no ha planteado, como ya se dijo, ora por la propia seriedad del espinoso tema, ora por natural repugnancia respecto a su anticipado cariz y desenla– ce previsto; ora por ardid o astucia que postergan, calculadamen– te, para el final de la conferencia, aquella grave y enojosa difi– cultad. (18) Según la nota de Pérez, las preguntas del Protector eran "vagas e inconexas", así "sobre las materias militares" como sobre las "políticas, sin profundizar ninguna, pasando de una a otra, y encadenando las espe– cies más graves con las más triviales". Y añade: "Si 'el cai;ácter del Protector no es de ·este género de frivolidad que aparece en su conversación, debe su.. ponerse que lo hacía con algún estudio. S.E. no se inclina a creer que el espíritu del Protector sea de ese carácter, aunque tampoco le pa rece que estudiaba mucho sus discursos y modales": nota del 29 de julio, 4•. (19) "Manifiesta [San Martín] tener una gran confianza en el director supremo de Chile, general O'Higgins, por su grande tenacidad en sus designios, por Ja amistad que le profesa y por la afinidad de principios": id .id. id. (20) "Dice que el gobierno de la provincia de Buenos Aires va aumentán. dose con orden y fuerza, sin mostrar [el Protector] grande aversión a los disidentes de aquellos partidos; que aquel país es inconquistable; que es muy difícil que una fuerza extraña los haga entrar por camino; y que de ellos mismos debe esperarse el orden": id. id. (21) "S.E. habló al Protector sobre las cosas de Méjico, de que no pa– r eció muy bien instruido, y el Protector no fijó juicio alguno sobre los ne– gocios de aquel Estado. Parece que no ve a Méjico con una grande conside– ración o interés": id. id. id.

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