Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

396 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ Perú, propendían, sin saberlo ni sospecharlo, a esos ocultos y avie– sos planes de su rey, ora por ese mal entendido orgullo que hace ver en toda transacción la vergüenza de un vencimiento; ora por aquel capricho ciego, distintivo del carácter español; ora por una ambición desmedida de aventuras militares, en que tales caudillos habían encontrado campo propicio para una carrera rápida, por la frecuencia y multiplicidad de los ascensos. Locas esperanzas, de otra parte, a limentaban la pertinacia del elemento realista, que, dejado largo tiempo en plena tranquilidad reorganizadora por la inercia del Protectorado, juzgábase preparada ampliamente para consumar una potente reacción; daba por segura una campaña fe– liz,. y por eso proponíase continuar la resistencia hasta el fin, fin que contemplaba como cierto, favorable y próximo. Así fue cómo, recibidas en el Cuzco las proposiciones de paz de San Martín, la camarilla imperante en el ánimo del Virrey, pre– sionó a éste en el sentido de rechazar o eludir todo plan de ave– nimiento. En aquel rechazo inspiróse su respuesta. Hela aquí. "Excmo. Sr. general don José de San Martín.- Excmo. Sr.:– Prescindo de si el gobierno de la nación no puede ni quiere hacer la guerra a los americanos disidentes, y de si el general Aymerich ha sido o no batido en Quito; porque, sea de esto lo que fuere, lo que no tiene duda y nadie puede negar, es que las armas que V. E. manda no ocupan sino una muy pequeña parte del Perú. Es– to es notorio, y también lo es que, si mi situación es nueva, como V. E. dice, ella es la que ha librado al Perú de los males que lo amenazaban a principios del año próximo pasado de 1821, y la que probablemente proporcionará la tranquilidad que tanto necesita para disfrutar su verdadera felicidad.- Conozco bien el poder y recursos de que puedo disponer para sostener estos países como parte integrante de la monarquía; y permítame V. E. decirle que no estoy en el caso de que expresión alguna sea capaz de aluci– narme con respecto a la fuerza física y moral con que puede V . E. contar para llevar adelante sus ideas, por tener noticias bastan– te exactas de la fuerza física de V. E., y datos positivos de que, en la moral, no sólo no hay en favor de las miras de V. E., ese torrente que supone, sino que en el día la tiene muy reducida, en razón a que deben venir las instituciones constitucionales como una prueba de las luces benéficas de la nación de que dependen.– Lo que se inserta en la Gaceta de esa ciudad, que V. E . se sirve incluirme con carta de 14 de julio, para hacerme conocer que el voto de la nación con respecto a las Américas es el de Za inde– pendencia, no puede tener para mí, como V. E. mismo se explica,

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