Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
INDEPENDENCIA DE GUAYAQUIL 31 tal fue el sabio doctor don Francisco Espejo, crítico, literato, mé– dico, periodista y gran político; "patriota, que se levantó hasta concebir y difundir la idea de la emancipación del Nuevo Conti– nente, para fundar en las colonias gobiernos independientes, baj o la forma republicana y netamente democrática"; y que hasta "for– mó el propósito de hacer en aquéllas revolución tan trascendenta l, separándolas de España" (2). Peruano de nacimiento (cuzquefio) fue el sobresaliente patri– cio doc tor don Manuel Rodríguez de Quiroga, tan valeroso como abnegado y tan desventurado como noble; alma del movimiento (2) González Suárez, Historia general de la República del Ecuador, t. VII, pags. 113 y 177. Hablando del origen de Espejo, más conocido por su se– gundo apellido, pero cuyo nombre era Francisco Javier Eugenio de Santa· cruz y Espejo, el autor que acabamos de citar dice: "Espejo era hijo de un hombre humilde de baja condición social, sumamente piadoso y poco cono– cido en Quito; pues el padre de Espejo no nació en esta ciudad, sino que vino a ella, siendo todavía niño, traído en calidad de paje, por un religioso betlemita, llamado el padre Fray José del Rosario: pertenecía a la raza in– dígena, y era oriundo de las cercanías de Cajamarca en el Perú, y su mismo apellido de Chuznill denunciaba claramente su origen. Este hombre, pobre y casi sin fortuna, logró dar al mayor de sus hijos una educación esmerada y una posición social muy superior a su clase": op. et vol. cit., págs. 112 y 113. En esta última página, y en nota a l pie (num. 31), agrega: "Espejo era hijo legítimo: su padre fue Luis de Santacruz y Espejo, y su madre se lla– maba Catalina Aldaz. El apellido propio del padre era Chuznill, que es indí– gena puro, y significa lechuza: la madre era mulata. Tuvo dos hermanos, que fueron una doña Manuela y un don Jua n Pablo, el cual abrazó el estado eclesiástico y llegó a ser sacerdote. El padre fa lleció en Quito, el año de 1782. Sin duda cambió su apellido el mismo padre de Espejo; pero no pode– mos saber en qué se apoyarla para ponerse el que se puso: Luis era hijo le– gítimo de un indio cantero, nativo de Cajamarca". En otra parte dice que éste, "con fidelidad ejemplar, continuó sirviendo a su patrón, el P. José del Rosario, hasta que éste falleció"; que "el P. del Rosario, español de naci– miento, fue médico muy acreditado y además farmacéutico, llegó a una edad muy avanzada y murió ciego en Quito"; y que a Espejo "le sirvió mucho, para granjearse pronto reputación de médico docto y acertado, la observa– ción experimental que había logrado hacer, desde niiio, en el hospita l de Quito, al lado de su padre": pag. 114, id.- Espejo, a principios de abril de 1796, murió de disentería en Ja cárcel de Quito, preso en ella por conspira– dor, maldiciente y propagador de ideas subversivas. Tenía a su fallecimien– to sesenta años, de donde se deduce que nació en 1736. Publicó las Primi– cias de la cultura de Quito, primer periódico dado a luz en el Ecuador; y escribió muchas obras, la mayor parte todavía inéditas, y entre ellas, "El Nuevo Luciano", las "Cartas riobambcnscs", "La ciencia blancardina", unas "Reflexiones sobre la viruela", y m uchos discursos, opúsculos, artículos, me– morias científicas, diálogos politicos, y hasta críticas y pasquines acerados e hirientes: V. op. et vol. cit. pags. ti l a 123.
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