Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

412 GUR~iAN LUGUIA Y MARTINUZ funciona hasta el día; aprontar en este último las piezas necesarias para el objeto, mientras se determinaba el edificio a que debiera trasladarse el plantel enunciado; constituir al ministro en director na to del novísimo establecimiento; nombrar para él dos biblioteca·· rios, que lo fueron el Dr. D. Mariano Arce y el presbítero don Joaquín Paredes, con la denominación de "primero" y "segundo", respectiva– mente; designar, además, dos conservadores y dos amanuenses, cu– yas funciones y dotaciones, como las de sus jefes, se señalarían en de– creto separado y en el correlativo reglamento; ordenar que cuantos libros útiles existiesen en los otros establecimientos públicos (como la Universidad) fueran trasladados a la biblioteca nacional o gene– ral, con las debidas formalidades; mandar que los impresores entre– garan en la misma una doble colección de cuantos libros o periódi– cos, hojas sueltas o papeles se hubiesen impreso a partir de la pro– clamación de la indepedencia así como dos ejemplares de todos los que se imprimieran en lo sucesivo; y, en fin, aplicar a la caja y dirección general de censos y obras pías, cualesquiera gastos exigidos por la creación, aumento y conservación de la biblioteca, por quedar, desde aquella fecha (8 de febrero de 1822) todos los fondos de la referida caja consagrados al fomento de la instrucción pública. Una y otra prescripciones, que revelan el entusiasmo con que el régimen protectora! acogió la idea, fueron objeto preferente de los cuidados y desvelos de Monteagudo, a quien por la conmoción del 24 y 25 de julio, no cupo la satisfacción de ver aquélla consumada en la práctica. Igual empeño manifestó, con todo, su sucesor en la cartera, Dr. Valdivieso, que, firme y ardorosamente apoyado por San Martín, pudo al cabo brindar a este último la grata oportunidad de dejar tan sobresaliente mejora coronada, tres días antes de efectuar su abdi– cación del poder. Trasladado el colegio de La Libertad al edificio del antiguo hos– pital del Espíritu Santo (3), no, como se ha dicho, a uno de los pa– tios del convictorio de San Carlos, con el cual fue refundido sólo en 20 de setiembre de 1825; aseado y mejorado el local; preparados los salones con amplias estanterías de cedro; trasladados a éstas las bi– bliotecas preexistentes y los libros donados por los particulares, todo con la posible celeridad; y, en consecuencia, listo y expedito todo lo necesario y suficiente para la inauguración anhelada, comen- (3) Dícelo el decreto de 8 de julio, en que se convocó a elecciones prepa– ratorias a los individuos de la parroquia de San Sebastián, fijándolas, como local para el efecto, "el colegio de La Libertad, que antes era -explica el referido decreto- el hospital del Espíritu Santo": V. la Colección de Leyes de Quirós, t. I, pág. 229.

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