Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
416 GERMAN LEGUIA Y MARTJNEZ de t urno, un regidor y un procurador general; uno de los administra– dores del tesoro, dos individuos del cabildo eclesiástico, los dos bi– bliotecarios, los comandantes generales de artillería y de ingenieros, tres miembros de la Sociedad Patriótica, el rector y dos catedráticos de la Universidad de San Marcos; los rectores de los colegios de San Martín, La Libertad e Independencia, y el director de la Escuda Normal" (4). Llegados San Martín y sus consejeros, la brillante comitiva to– mó asiento en el salón mayor o principal (5), "rodeada de crecido número de literatos y otras personas" (6); y acto continuo, el Mi– nistro de Estado y RR. EE., Dr. D. Francisco Valdivieso, pronunció el discurso siguiente: "Excmo. Sr.:- Tengo la honra de presentar a V.E. en el mag– nífico estado que se advierte, la Biblioteca Nacional del Perú, cuya importante obra fue encomendada al ministerio de mi cargo. Yo me glorío de que, en la heroica ciudad de los libres, exista ya una fuente abundante de instrucción pública, de donde deben salir los verdaderos principios de prosperidad de estos privilegiados países y las sólidas bases del engrandecimiento a que los llama su desti– no. Este día, señor Excmo., es muy amargo para nuestros enemi– gos, muy dulce para la Patria y muy grande para V.E. En él se anuncia el triunfo de las luces que harán siempre invencibles las armas de la América; y la Libertad, fruto preciso de su constancia y sacrificios, reconocerá su principal origen en los gobiernos pa– ternales que hayan cuidado más de la ilustración de los pueblos. Quiera el Cielo que los del Perú consigan, por medio de este esta– blecimiento literario debido a V.E., la que fuere necesaria para su común felicidad". El bibliotecario Dr. D. Mariano José de Arce pronunció en segui– da una '"oración apertoria", llena de "fluidez y belleza de estilo, mani– festando la utilidad de la obra, excitando el gusto por la lectura, y aplaudiendo el celo del Protector, que había hecho se emprendiese (4) Palabras del decreto mismo. Conocemos el nombre de la mayoría de estos funcionarios, a los que no pocas veces nos hemos referido en esta his– toria; pero nos hemos abstenido de toda relación nominal, porque no hemos encontrado designación de las otras personas desconocidas o determinadas en el decreto en forma indefinida, al recorrer los documentos y periódicos de Ja época. (5) "En la sala mayor", dice el decreto de 14 de setiembre, esto es, en la de Ja derecha, situada perpendicularmente al actual salón de lectura, fronte– rizo (este último), al zaguán y portada de ingreso. (6) Gaceta del Gobierno, número 25, del miércoles l• de setiembre de 1822.
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