Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
LA REASUNCION DEL MANDO 417 y llevase a cabo tan ú til establecimiento". Habla ron después, elo– cuentem en te, el vicepresidente de la Sociedad Patriótica, Ministro de Hacienda Dr. D. Hipólito Unanuc; el r ector de la Universidad ; los directores de los colegios de San Ma rtín, de Santo Toribio y de La Libertad; y u no de los profesores de Medicina y de la Indepen dencia. Te rminada aquella lluvia de discursos (7), el Protector, pues– to en pie, dijo: "Una Biblioteca destinada a la ilustración general, es más poderosa que nuestros ejércitos para sostener la Independen– cia. Los cuerpos litera r ios deben fomen tar aquélla, concurriendo sus individuos a la lectura, para estimular a lo general del pueblo a gus– tar las delicias del estudio . Yo espero que así sucederá, y que este esta blecimiento, fruto de los desvelos del Gobierno, será frecuenta– do p or los amantes de las letras y de su Patria". Dicho lo cual, acabó el acto. "Se r etiró S .E ., dice el periódico ofi– cial, desp ués de haber recibido los hom enajes de las musas, que co– r onaron de guirnaldas al vencedor de Chile, al político y filósofo en el Perú (8). La m agn ificencia del edificio, la brillantez del con– curso, la energía de los discursos pronunciados, la satisfacción del jefe s upremo, y la armonía de los instrumen tos, que tocaban con de– licadeza la m archa nacional, dieron a aquel hermoso acto todo el lucimiento que debía esperarse" (9). X Dos días más tarde, o sea el jueves 19 de setiembre, víspera de la cesación del Protectorndo, ins talóse a su vez, conforme a un decreto exped ido el 15, la Escuela La ncasteriana o Normal, en el edificio del convento supreso de San to Tom ás, según en otra parte se dijo: "Los gobie rnos inte resados en el progreso de las le tras, decía la parte con– sidera tiva de aquel otro decre to, no deben cuidar solamente de que se multipliquen las escuelas públicas, sino de establecer en ellas el mé todo más fácil y sencillo de enseñanza, que, generalizándose por su na turaleza , p roduzca un comple to aprovechamiento, y se econo– mice el tiempo, necesario pa ra la adquisición de otros conocim ien- 1 os. El h ombre n acido en sociedad se debe todo a su pa tria; Jos mo- (7) Todos preordenaclos en el decreto de ceremonial del 1° de setiembre. (8) Al declinar del astro, empezaba a formularse el imparcial juicio de la historia, en las propias líneas del órgano del régimen: San Martín "vencedor en Chile", no era ya sino un "político" pasivo y un mero "filósofo" en el pue– blo de los I ncas. Y ésa era casi la verdad. (9) Número 25, ya citado.
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