Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

436 GERMAN LEGUIA Y MART!NEZ Esta visto, pues, que hubo causas secretas e ignoradas del público para hacer esa convocatoria forzada para una reunión que no se quería; pero que esas causas ocultas fueron adivinadas, mejor di– ré, deducidas de los antecedentes y de los hechos posteriores" (7). XVIII Esta segunda y también abortada convocatoria a que ahora nos referimos, decía: "Ayer se ha sancionado en el Consejo de Estado el reglamento de elecciones, por el cual deben nombrarse los representantes del pueblo en el próximo Congreso Constituyente. Luego que se impri– ma suficiente número de ejemplares, se circulará por el Ministerio de Estado a los departamentos libres, en conformidad al decreto de esta fecha. Las generaciones venideras apreciarán el valor que tiene el pensamiento de convocar el primer congreso peruano, y fijar su instalación para el mismo día en que se celebre el primer aniversario de ese acto memorable que puso la muerte por barrera entre nosotros y la tiranía, como único medio que nos resta entre ser esclavos o libres. ¡Ojalá fuera posible acelerar la aurora del 28 de julio, en que nació el Perú para el mundo político, y en que va a verse por la primera vez la representación nacional, garantien– do a los pueblos la libertad y la justicia de que han carecido. Los días en que se realizan iguales acontecimientos deben ser marca– dos en la historia de todas las naciones, porque a todas interesa que se aumente el número de los pueblos independientes, y que se generalicen entre los miembros de la familia humana los benefi– cios que son consiguientes al progreso de las luces.- N ingún pue– blo puede ser feliz o desgraciado, libre o esclavo, sin que todos los demás participen las ventajas o desventajas de su respectiva situa– ción. Así contemplan actualmente la nuestra todos los que no per– tenecen a esa nación obstinada de la cual nos han venido más des– gracias que cuantas horas han pasado desde que el suelo america– no sintió el enorme y fastidioso peso de la primera planta españo– la que ultrajó nuestras playas. ¡Quiera el Supremo Vengador del universo que la reunión de los representantes del pueblo restablez– ca y consolide para siempre nuestras libertades y derechos; y quie– ra, en fin, que la sabiduría de la constitución que se dé al Perú sea la última prueba de que somos dignos de la independencia que anhelamos!- E l Supremo Delegado -He acordado y decre– to:- 1~ El Congreso General Constituyente se reunirá definitiva- (7) Op. cit., pág. 92.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx