Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

INDEPENDENCIA DE GUAYAQUIL 37 VIII Guayaquil, como se ve, aunque hondamente conmovido por las ocurrencias anteriores, consumadas en las cercanías y en oca– siones a las propias puertas de la perla del Guayas, no tuvo que hacer sacrificio, ni desplegar actividad y energía semejantes a los q~e exigiérale, en limitada esfera, la irrupción marítima de Brown en 1816. Ninguna efervescencia, ningún fuego apreciable, de aque– llos que anuncian y preparan los grandes vuelcos de la historia, dejaban en su seno entrever ni aguardar la producción de hechos trascendentales dirigidos a secundar el movimiento continental en el sentido de la emancipación. Con todo, desde el día en que el denodado Illingworth era ani– quilado en las bocas del Iscuandé, apenas si -para la proclama– ción de aquélla a las riberas del Guayas- habían de transcurrir cinco m eses, has ta el 9 de octubre del propio año de 1820; fecha, ésta, marcada por el destino para el arrancamiento de aquella sección ecua torial importantísima, de las potentes garras de la metrópoli. Era que el fuego sagrado de la libertad, apenas senti– do o sólo vislumbrado por los apáticos pobladores de la zona, adormidos en su abundancia y a la par enmollecidos por la exu– berante belleza del panorama y la extrema ardencia de su clima, debía ser allá porteado y difundido sólo por corazones meridio– nales, ya abrasados de aquel fuego y a la región trasladados por los inexcrutables decretos del destino. Pero, antes de entrar en el detalle de los acontecimientos próximos a estallar, echemos una ojeada sobre la interesante per– son alidad de sus protagonistas. IX Desde 1819, en que enfermó gravemente el gobernador pro– pie tario de Guayaquil, brigadier don Juan Manuel de Mendiburu (7), hallábase ejerciendo interinamente aquel cargo, por nombra– miento del virrey Pezuela, el brigadier de la real armada española, don José Pascual de Vivero y Salaverría, natural de Sevilla en Es– paña, ciudad en la cual naciera el 21 de marzo de 1762, de dos (7) Sucesor de Vasco y Paz, como éste había sídolo de Cuca lón y Vi– llamayor.

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