Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
566 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ deuda que inolvidables infortunios hicieran retrasar, levante, a su vez, el que debe a su padre y fundador, eternizando, conjuntamente, Ja gloria de este último, con el reconocimiento recóndito que por él siente una de las naciones que contribuyó a cimentar (4). · No ha menester por cierto, esas manifestaciones ostensibles y solemnes, para vivir, como perdurablemente ha vivido y vivirá, en nuestros corazones; pero, ya por un gratísimo deber, que enorgu– llécenos mirar cumplido; ya para enseñanza y ejemplos palpables de las generaciones venideras, era preciso que tal se hiciera sin más postergación ni demora. Allí, mostrando a nuestros vástagos, la no– ble y serena figura del prócer, podremos, con Frías, decir a los pri– meros lo que, ante todas cosas, refulge en la frente, en la mirada, en el recuerdo del segundo: "¡Fue un gran hombre de bien .. . : Bende– cidle y, sobre todo, imitad{e!". (4) Esto escribía el autor en 1916. El Perú cumplió tal deuda de gratitud el 28 de julio de 1921, inaugurando en Lima la gran estatua ecuestre del Pro– tector, obra del escultor español Benlliure.- J. G. L.
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