Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
50 CERMAN LECUIA Y MARTINEZ fusil, disparados, el primero, en la plaza mayor; el segundo, en el muelle; y el tercero, en el astillero (25). Ninguna de las parti– das sueltas de los conspiradores se presenta en el cuartel. Sólo un vecino acude a la hora convenida -dicho sea en honor su– yo-: Francisco de Paula Lavayén. Escobedo, con Ja ira que es de suponer, acude a casa de Villamil y se queja de que así lo dejen los comprometidos abandonado y solo. Villamil, con gran cachaza, le dice: "Realmente, no hay que confia1· en ese apoyo, sino des– pués del pronunciamiento. Antes, ninguno se expondrá". Escobe– do se retira, resuelto a obrar sólo, con prescindencia de los cora– judos corazones que después le han de escatimar la gloria, exclu– siva suya, del interesante acontecimiento (26). A las dos y media en punto, Escobedo, con los capitanes cusqueños Alvarez y Far– fán, con el teniente limeño J uan Bautista E léspuru, el arequipeño Rivero y demás oficiales comprometidos (y lo son casi todos), penetra intempestivamente en la habitación del coronel García del Barrio, primer jefe del cuerpo (27), que duerme tranquilo y a la descuidada; y, antes de que pueda darse cuenta de lo que le pasa. conmínale de arresto; ordénale vestirse; sin permitirle armarse, como pretende, sácalo del aposento, con toda clase de conside– raciones; y, con dos centinelas de vista, deposítalo en el cuarlo de banderas. Igual cosa practica con el teniente don Ramón Mar– tínez Campos, español de nacimiento, y por eso ajeno a la conspira– ción . Sargentos y cabos, que, como se ha expuesto, son todos, o casi todos, del Cuzco y están también en el complot, llaman sus com- (25) Boletín número 3 del Ejército Libertador del Perú, publicado en Ancón e inserto en los Apuntes H istóricos de Espejo. (26) Lo dice el general y Presidente del Ecuador, don Vicente Ramón Roca, en sus Recuerdos y Apuntaciones (publicadas por su hijo don Juan Emilio Roca): ''En alta noche fue Escobedo a casa de Villamil, y le dijo que · nada se podía hacer, porque faltaban a la combinación todos los paisanos que se habían comprometido a concurrir con sus partidas armadas; y que sólo Lavayén estaba listo. Villamil le hiw reflexionar en que realmente no debía confiarse en ese apoyo, sino después del pronunciamiento, pues antes ninguno se expondría. Animado así (?), regresó Escobedo a su cuartel, para efectuar el movimiento en hora oportuna.- En efecto, los paisanos, a/ar– mados indudablemente por el movimiento de tropas y las demostraciones ordenadas por el gobernador, entraron en temor y se llamaron a prudente reserva.- Con todo, no faltaron muchos que acudieran y estuvieran listos (?) para el momento de llevar la resolución a efecto".. . Opuse. refer., citado por Destruge en la op. ya cit., pág. 176. (27) Se ha dicho ya que el segundo, sargento mayor don José Elizalde, estaba ausente, por hallarse, en esos días, ejerciendo el cargo político ele teniente ele gobernador, o sea segundo del gobernador Vivero.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx