Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

62 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ de lo cual, se acordó: l~ gratificar con diez pesos a cada soldado raso, con quince a cada cabo y con ciento a cada sargento de los Granaderos de Reserva del Perú (48); 2? hacer que "los empleados antiguos continuarán en el servicio, siempre que, con absoluta li– bertad, prestasen juramento de ser independientes y fieles a su patria, como de propender a la libertad de la América en el ejer– cicio de sus destinos; y bajo el concepto de que, caso de no que– rerlo prestar, no serían acriminados por la omisión única de ese acto; 3? llamar a don Pedro Morlás, don Gabriel Francisco Urbi– na y don Fernando Alzúa, Ministro de la hacienda pública; a don Juan Ferruzola y don José Joaquín Lobo Guerrero administrador y contador de la aduana nacional (así llamada desde ese momen– to); a don Fernando Tola y don Carlos Calixto, administrador y contador del ramo de tabacos; y a don Ramón Pacheco, adminis– trador de correos; todos los que, en el acto o instantes después, evacuaron de buen grado el juramento exigido; 4? "expedir dos expresos a los ayuntamientos de Quito y Cuenca, poniendo en su noticia la nueva forma de gobierno establecida en Guayaquil, y ex– hortándolos a Ja uniformidad de senümientos y operaciones con– ducentes a la independencia general de la América; providencia que se extendería a todos los pueblos de la jurisdicción por el Jefe Político"; 5? disponer que "la jurisdicción contenciosa se ejerciera por los alcaldes ordinarios, con arreglo a las leyes que habían regido hasta ese día"; 6? "mantener el orden y el sosiego, con el modo y seguridad que exigían las circuns,tancias, por medio de patrullas que harían todos los miembros del ayuntamiento"; y 7? publicar todo lo acordado y resuelto "por un bando, con acuer– do del señor comandante militar" (49). Olmedo y Escobedo promulgaron ese bando de seguida, con la siguiente proclama: "¡Guayaquileños! El hermoso estandarte de la Patria tremola hoy en todos los puntos de la plaza. Un orden sin ejemplo ha reinado en la mutación de gobierno; y ningún crimen ha mancha– do el alma generosa de los hijos de la libertad.- ¡Guayaquileños! La naturaleza ha privilegiado vuestro suelo. Malas leyes lo habían esterilizado; pero ahora el soplo del germen de la libertad empe– zará a cubrirlo de flores y de frutos.- ¡Orden, unión, amor frater– nal! Americano o espm1ol que ame la Patria, es vuestro hermano. (48) Nueva prueba de su actuación exclusiva, o primordial cuando me– nos; constante del Boletín N' 3, ya cit., de Ancón: 6 de noviembre de 1820. (49) Escobedo.- Acta cit., colección Aranda, loe. cit.

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