Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

74 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ V A fuer de cxqu1s1lamcnlc diplomática, la nola precedente, en su postrera parle, resultaba nebulosa y hasta oscura, y a fe que fuera imposible pene trar su sentido, a no estar en el secrclo ínti– mo de la geslión que por ella y con ella se incoaba. Es lo positi– vo que, antes de deslizar el consejo práctico, la advertencia amis– tosa, demostr a tivos de la azarosa perspectiva reservada a la minús– cula republiqucta, si se aferrara en ser individualmente autóno– ma; el negociador, en forma noble y caballeresca anticipaba Ja manifestación de deferir en todo casp a las resoluciones del albe– drío popular, cualquiera que fuese el extremo en que éste mostra– ra determinarse. ¡Cuán diversa la conducta del general en jefe y del enviado peruanos, por un lado, y, por otro, la desplegada a poco por Bo– lívar! Emplean los primeros la insinuación correcta, deferente, fi– namente disimulada por la expresión misma que la formula; acu– de el segundo a la imposición insolente, al arrebato olímpico, al arranque orgulloso e imperativo; al capricho infantil e hiriente, sublevado de antemano contra cualesquiera observaciones o vallas posibles de atravesarse en su senda; presto a estallar en insultos contra los m iembros de la Junta que se permitan y atrevan a opi– nar o trabajar, no en pro de Colombia, sino del Perú; vicios, to– dos, y m éto9o que ya veremos usados en las conminatorias del héroe (ciertamente grande y admirable) que por esos momentos comparecía, como el sol, en oriente encendido y esplendoroso, rc– Iampagueante de poder y de gloria, surgiendo a lo lejos sobre Jos horizontes de Ja historia peruana, y asomándose a las opacas claridades de su republicana aurora desde las rígidas y ensangren– tadas gargantas del Juanambú. VI No hay que relatar la entusiasta manera con que los emisarios de San Mar tín fueron acogidos por la Junta y la sociedad guaya- quileña. . El ayuntamiento de la ardorosa metrópoli que en el Guayas refleja su vestidura esmeraldina de manglares, cacaotales y palme– ras, reunióse acelcrademente, el propio 21, y en el acta de l~ co– rrespondiente sesión dijo: "Se recibió un oficio del general cmda-

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