Homenaje a la victoria de Ayacucho
12 GRAN MARISCAL DE AYACUCHO Después de la acción de J unín el general Sucre se consagró de nuevo a la mejora y alivio del ejército. Los hospitales fueron provistos por él, y los piquetes que venían de alta al ejército, eran auxiliados por el mismo general: estos cuidados dieron al ejér– cito dos mil hombres, que quizá habrían perecido en la miseria sin el esmero del que consagraba sus desvelos a tan piadoso servicio. Para el general Sucre todo sacrificio por la humanidad y por la patria parece glorioso. Ninguna atención bondadosa es indigna de su corazón: él es el general del soldado. Cuando el Libertador lo dejó encargado de conducir la campaña durante el invier– no que entraba, el general Sucre desplegó todos los talentos superiores que lo han con– ducido a obtener la más brillante campaña de cuantas forman la gloria de los hijos del nuevo mundo. La marcha del ejército unido, desde la provincia de Cotabambas hasta l'luamanga, es una operación insigne, comparable quizá a lo más grande que presenta la historia militar. Nuestro ejército era inferior en mitad al enemigo, que poseía infinitas ventajas materiales sobre el nuestro. Nosotros nos veíamos forzados a desfilar sobre riscos, gargantas, ríos, cumbres, abismos, siempre en presencia de un ejército enemigo, y siempre superior. Esta corta pero terrible campaña tiene un mérito, todavía, que no es bien conocido en su ejecución: ella merece un César que la describa. Limá, 1825 SIMON BOLIVAR
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