Ideología económica del Mercurio Peruano
14 JOSE lGNACIO LOPEZ SORIA El término explicación puede entenderse bajo dos modalidades. Eti– mológicamente ex-plicar significa desplegar lo plegado, desenvolver lo ·en– vuelto, desenmarañar lo enredado o entretejido, analizar lo sintético. Ba– jo esta primera significación podría quizás confundirse, aunque no identifi– carse, con descripción. Pedimos una explicación de este estilo cuando pre– guntamos por el qué de algo complicado. Para responder adecuadamente a este qué es necesario referirse a lo medular o nuclear de lo que se pretende explicar. No basta una referencia epidérmica al fenómeno. Ha– brá que aproximarse al fondo y transfondo de lo que está en cuestión para ver allí entroncado lo fenoménico. En una segunda signüicación el término explicación atiende al carác– ter causal de la partículo ex. Explicar será entonces responder a una por qué, investigar -seguir el vestigio o rastro- hasta lo fontal, allí en don– de se encuentra la razón de ser de lo cuestionado. Sólo entonces el obje– to de estudio se hace para nosotros inteligible, es decir, sólo entonces podemos leer por dentro -recuérdese que intelligere proviene de intus legere- acercándonos al conocimiento que tendría de sí la realidad si le fuese dado intuirse -mirarse por dentro- o que tiene el constructor de ella. La metodología científica, por otra parte, nos ha enseñado que la in– telección de los fenómenos no puede darse, dados nuestros esquemas men– tales, a menos de comprehender lo particular dentro de lo general. Sabe– mos que lo general puede reducirse -y no queremos entrar en el irreso– luto problema de "los universales"- a un ente de razón cuyo fundamen– to es la semejanza y que lo único que existe es lo particular. Pero si nos hundimos en lo particular nos perdemos en la multiplicidad, la comu– nicación deviene imposible y la ciencia una utopía. El paso de lo singu– lar digitable a la generalización no es ciertamente fácil. La lógica de la inducción no ha conseguido aún el grado de formalización y certeza que obtuvo ya en la lógica deductiva. Buscar un perfeccionamiento de la ló– gica inductiva es ciertamente tarea de los epistemólogos. Pero conocer los alcances y limitaciones de la inducción, es algo que no puede estar ausente de ningún estudioso que utilice el método inductivo porque signi– ficaría arriesgarse a usar un instrumento desconociendo su fiabilidad. En lo que respecta a las ideologías es posible utilizar la doble acep– ción del término explicación. Explicamos, en primer lugar, una ideología cuando somos capaces de alcanzar los principios en los que se polariza el pensamiento y la relación entre los principios y las consecuencias que de
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