Ideología económica del Mercurio Peruano
24 JOSE IGNACIO LOPEZ SORIA ría en épocas pasadas. Se produce entonces una cierta disarmonía entre el significado y el significante. Si no se cae en la cuenta de esta disarmo– nía pueden cometerse crasos errores en la interpretación del lenguaje. A manera de ejemplo advertimos que hoy hay confusión, es decir, no sepa– ración adecuada, en el lenguaje coloquial entre términos como nación, pa– tria, Perú. Coloquialmente podemos referirnos a una misma realidad y sig– nificarla con cualquiera de estos significantes. Esta confusión, sin em– bargo, no existía para los hombres del Mercurio Peruano. Para ellos, ca– da uno de estos significantes tenía su propio significado que ni en exten– sión ni en comprensión coincidía con el de los otros. Despreocupados, no obstante, de los posibles errores que nosotros pudiésemos cometer en la interpretación de sus significantes, no vieron la necesidad de dar ellos de– finiciones precisas. Por otra parte, los términos por ellos usados ni eran nuevos ni había ambigüedad o vaguedad en sus posibles significados. Para llegar, por tanto, a la significación de estos significantes nos hemos visto un tanto desamparados. Usando la técnica de la comparación textual, de las implicaciones contextuales y del estudio que de la extensión del tér– mino se hace, hemos podido acercarnos a la posible significación. Como tratamos de eliminar la ambigüedad o vaguedad actual con respecto a esos términos, usamos preferentemente definiciones lexicográficas y aclaratorias. Repetimos, porque no queremos ser mal interpretados, que nuestra in– tención es solamente despejar un camino y no asentar conclusiones defi– nitivas. l. Nación La terminología de las gentes del Mercurio es clara a este respecto aunque no hayamos podido encontrar una definición precisa. La nación de los mercuristas es la española que abarca igualmente a peninsulares y americanos. Otras naciones son Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y Ho– landa. Autores no nacionales o extranjeros son los que han inventado mil paralogismos sobre el Perú y habitan a orillas del Támesis o del Sena. Igualmente son considerados como no nacionales el canadiense, el lapón y el musulmán. A través, pues, de la ejemplificación -aplicación o exten– sión del término-, se ha conseguido limitar su significado a una entidad que agrupa a un conjunto humano, diverso a otros conjuntos, que está su– jeto a la misma legislación, hereda la misma tradición, participa de los mismos usos, costumbres y normas y está unido en un mismo cuerpo social.
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