Ideología económica del Mercurio Peruano

!DEOLOGIA ECONOMICA DEL MERCURIO PERUANO 55 El pensamiento de González Laguna se inserta en la corriente refor– mista de los liberales peninsulares que se abren al liberalismo europeo desde las vigencias tradicionales. La exaltación del hombre como felicidad suprema del reino podría ser una secuencia del antropocentrismo ambiental, pero, dadas las circunstan– cias que rodean al autor, parece más propio relacionarlo con las vigen– cias tradicionales. El pensamiento cristiano había exaltado el valor del hombre en cuanto tal por encima de toda otra creatura terrenal. La creación, fruto del acto gratuíto del Dios creador, estaba al servicio del hombre puesto que a través de ella podía elevarse hasta su Creador. Jg. nacio de Loyola condensó admirablemente la concepción cristiana sobre la relación hombre-mundo: usar de las cosas tan cuanto ayuden a conse– guir la felicidad celestial. Pero cuando en el proceso histórico se vaya cambiando la mentalidad que cifrará pronto el ideal en usar de las co– sas tanto cuanto ayuden a satisfacer las necesidades humanas establecien– do de estas necesidades una jerarquización diversa al ordenamiento cris– tiano, se tenderá a supervalorar aquello que satisface la necesidad por encima del hombre, objeto de la satisfacción, y a entender incluso a és– te en función de la satisfacción de las necesidades individuales, objeti– vando paulatinamente al hombre hasta convertirlo en mercadería. Contra esa tendencia a la objetivación del hombre, paradójicamente inserta en el pensamiento liberal a pesar de ser eminentemente antropocéntrico, se enfrentan las vigencias del pensamiento cristiano que sabe recoger mu– chos de los cánones de la ética del buen burgués sin desvalorizar cier– tos pilares fundantes de lo cristiano. El P. Gonzáles al atribuir un origen divino al hombre laborioso y arriesgado en las empresas tiende a justificar en un orden sobrenatural -clara derivación del pensamiento tradicional- al tipo humano que pro– mueve el progreso de los pueblos. Se usa, por tanto, el cuerpo racio– nal del mundo medieval para interpretar desde él una manera de ser hombre típico de los tiempos nuevos. Esta referencia al orden sobrenatu– ral significa que las categorías ideológicas, desde las que hablar de lo sobrenatural era inteligible, siguen en vigencia no sólo en la mentalidad del escritor sino en la del posible lector porque, de otra manera, difí– cilmente podría acudir un autor a justificar una acción humana desde conceptos ideológicos que no dejan eco o que no tenían vigencia racio– nalizante.

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