Ideología económica del Mercurio Peruano
66 JOSE IGNACIO LOPEZ SORIA ideología tradicional moralidad y religiosidad se dan en estrecha vincula– ción. Y en la ideología ilustrada se marca una definitiva separación entre ambas llegando incluso la moral natural a erigirse como canon suficiente de comportamiento prescindiendo de la religión revelada. En el artículo Leibnizianismo de la Encyclopédie se decía que "se entiende por moral lo que en un hombre de bien equivale a lo natural". ( 45) No eran en– tonces necesarios los cánones revelados para saber a qué atenerse en cuan– to al comportamiento. Bastaba la naturaleza y concretamente la razón. Comenzó un proceso de racionalización de la verdad revelada que tuvo exponentes a Leibniz, Príncipes de la nature et de la grade fondés en raison, Discours de la conformicé de la foi avec la raison, Hume, Dialogues concerning natural religion, John Toland, Cristianity not misterious, Mathews Tindal, Christia– nity as old as creation, or the gospel a republication of the religion fo nature, Christian Thomasius, Wolff, Vernünftige Gedanken von Gott, der Welt und Seele des Menschen, auch allen Dingen überhaupt, Reimarus, Schutzschrift für die vernunftigen Verehrer Gottes, Ephraim Lessing, y tan– tos otros. Es cierto que el intento de racionalización de la verdad revela– da era ya viejo en el siglo XVIII. La filosofía de la Escuela en Occi– dente y los filósofos árabe-hispánicos habían llenado muchos libros sobre las relaciones fe-razón, como trasunto de la relación natural-sobrenatural. Pero, lo específicamente nuevo del pensamiento ilustrado era el encadena– miento de la fe a la razón que se constituyó en norma suprema para la aceptación de cualquier verdad. En la ilustración la moralidad está, pues, trascendida de racionalidad. Por otra parte, en el mundo medieval el va– lor económico era frecuentemente entendido como opuesto al valor religio– so, mientras que en el mundo moderno lo económico se va a ir constitu– yendo paulatinamente en el valor clave al que se supeditará incluso el valor religioso. De las reflexiones anteriores deducimos que la racionalidad de aque– lla actitud que integra armónicamente lo económico, lo moral y lo reli– gioso se encuentra en la transición de la ideología medieval a la ilus– trada. Ni supeditación de lo religioso a lo económico o moral, ni domi– nio de los valores de la religiosidad sobre los de la moralidad o de la economía. Al no inclinarse la balanza hacia ninguno de los dos polos, si– no mantenerse en un adecuado equilibrio entre ambos, nos obliga a ubi– car la inteligíbilidad de este principio en la transición de la jerarquización medieval de valores a la ordenación axiológica ilustrada.
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