Ideología económica del Mercurio Peruano
74 JOSE IGNACIO LOPEZ SORIA Los principios adquieren racionalidad en el mercantilismo dieciochesco y en el empirismo tecnicista que se va abriendo paso en el Perú en las últimas décadas de la época virreinal a medida que se sustituyen las cos– tumbres ciegas que regían antes el proceso de beneficio de los metales. Por el juego de las circunstancias la plata y los metales preciosos son entendidos como signos de todas las riquezas porque de hecho avivaban en– tonces el comercio, fomentaban las guerras y contribuían a la circulación de los bienes culturales. Por eso los países ricos en plata tenían Estados poderosos. De esta situación real se elevaron los economistas clásicos del mer– cantilismo al ideal montando un sistema de categorías conceptuales a tra– vés de las cuales se entendían el fenómeno real. Las relaciones entre es– tas categorías elevadas al nivel de leyes económicas permitieron la regu– lación del fenómeno. Sólo en virtud de este marco conceptual y de la observación de la realidad puede decirse que la plata sea fuente inago– table y perenne de riquezas en el Perú. La inagotabilidad y la perenni– dad de la fuente no está dada sólo por las circunstancias sino por la elevación de lo circunstancial al nivel de las leyes inmutables. Del ordena– miento real se pasaba, pues, al ideal que era, sin embargo, entendido co– mo legitimador de la situación real. Baquíjano se abre también a las nuevas derivaciones del economis– mo clásico : la reinversión y el tecnicismo. El futuro Conde de Vista-Flo– rida, que a pesar del título nobiliario era un tanto ajeno al aristocratis– mo feudal vigente en la España moderna que ponía el bien económico en función del prestigio social derrochando en lujo el beneficio obtenido por la explotación de los recursos, se vuelve hacia el ahorrismo precapi– talista que auspicia la reinversión del fruto de trabajo a fin de crear nue– vas fuentes de riqueza. Inconscientemente sin duda, porque Baquíjano era un convencido de la necesidad de repartir los beneficios, está auspician– do el inicio de la acumulación capitalista. Por otra parte, Baquíjano se abre al tecnicismo. Nos basta explotar los recursos naturales por ciegas y absurdas prácticas consuetudinarias. Hay que hacerlo siguiendo las normas que la razón puede extraer de su reflexión sobre la experiencia. Pero no se vaya a pensar que el tecnicis– mo baquijiano, al que nos hemos ya referido, sea un anticipo del indus– trialismo que lleva a sustituir las importaciones para tender a una econo– mía autosostenida. Baquíjano sigue aprisionado por el ordenamiento eco– nómico de la época en el que había tocado al Perú el papel de expor-
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