Ideología económica del Mercurio Peruano

88 JOSE IGNACIO LOPEZ SORIA quienes, aunque mantengan en común muchos puntos de vista, conservan peculiaridades propias. Creemos razonablemente que una manera de eli– minar algunos de estos obstáculos consiste en la presentación analítica del pensamiento tal y como lo hemos hecho en la sección anterior. Por otra parte, si queda en claro el carácter grupal de los hombres del Mer– curio reunidos en la Sociedad de Amantes del País de la que el perió– dico es órgano de expresión, habríamos salido al paso de la segunda di– ficultad que planteamos arriba. No obstante advertimos que estas dos di– ficultades -sistematización explícita de lo sistematizado sólo implícita– mente y agrupamiento de varios autores- permanecen como elementos que hay que tener en cuenta al juzgar el valor de nuestra sistematiza– ción. Perderlas de vista podría eventualmente significar exigir a nuestro trabajo algo que él no puede dar. A fin de establecer lo más rigurosamente posible la sistematización del pensamiento de los mercuristas recogemos en ella no sólo las re– flexiones contenidas en los artículos analizados, que representan un tan– to por ciento muy bajo del total de páginas del periódico, sino las que se vierten en otros artículos también estudiados y reseñados en la bi– bliografía. De esta manera creemos abarcar la totalidad del pensamien– to económico y ofrecer así una síntesis más ajustada al contenido inte– gral del Mercurio Peruano, objeto de nuestro estudio. Dado que nuestro método de análisis no ha sido el escarceo de ci– tas porque estamos ensayando un nuevo método para el estudio de las ideologías, no es de extrañar que no encontremos en estas páginas las referencias a tal o cual frase de tal o cual autor en tal o cual artícu– lo. Como lo que buscamos no es la frase suelta sino el principio for– mulado explícita o implícitamente, nuestras referencias aluden solamen– te a los artículos como totalidad. Para verificar, por tanto, la fundamen– tación de nuestras aseveraciones no bastará leer una frase descontextada sino que habrá que detenerse en el estudio pormenorizado de cada tra– bajo al que aludimos. Advertimos, porque no queremos ser juzgados des– de metodologías que no usamos, que con frecuencia nos referimos a pen– samientos que no están explícitos en las palabras del autor, pero que cualquier lector avisado y acostumbrado al análisis de las ideologías pue– de fácilmente encontrar entre líneas o como supuesto de aquello que se afirma explícitamente. Sólo en algunas ocasiones los autores explicitan los principios en frases prietas de contenido, y que nosotros aprovecha– mos para citar textualmente.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx