Ideólogos de la emancipación peruana

LOS IDEOLOGOS DE LA EMANCIPACION PERUANA 99 Vidaurre confía en que sus razonamientos serán atendidos por el rey de España ya que se le está dando pruebas de lealtad y generosidad y que penetrado de ellos decidirá para su bien y el de los Españoles Ame– ricanos. Cuando Baquíjano y Carrillo presenta su Plan del Estado de las Pro– vincias de América al referirse a los agravios hechos a los americanos re– cuerda las discusiones ardorosas de la tercera proposición de las once pre– sentadas por la Diputación Americana el 16 de diciembre de 1810; que pedía el libre comercio de importación y exportación de todos los puertos de América y cómo la poderosa influencia del Comercio de Cádiz hizo re– tractar el decreto de la Regencia que permitía dicho comercio manifestán– dole a las Cortes 'Que ese permiso destruiría las fábricas de ambas Espa– ñas, por no poder sostener la concurrencia del precio, y que no hay otro arbitrio que el de hacer un puerto de depósito, de donde se provean las Américas por buques nacionales'. Por la gran influencia que ejercía al Comercio de Cádiz y por su dic– tamen fue negado el permiso de comerciar libremente a los habitantes de América y "estrechados a surtirse de lo que necesitan, y ·al expendio de sus producciones por medio de terceras manos que si aumentan el cos– to de lo que se compra, disminuye para el dueño el valor de lo que ven– de; verificándose así lo que expresaba el Consulado de Cádiz, que los de– rechos de los Americanos no son iguales sino tuertos" 50 • No era esto todo, la situación del país se veía afectada igualmente por las contribuciones y tributos exigidos por Abascal para el manteni– miento de los ejércitos reales, los motines internos y los hombres sacri– ficados en la contienda. Crisis económica y de brazos hábiles para el trabajo. Vidaurre en su "Memoria sobre la pacificación de la América Meridio– nal" manifiesta: "Pueblos enteros han muerto de hambre, y de quinien– tos en quinientos se conducen los hombres á la sepultura. Esto depende de que no hay gente para el trabajo: consumida en la guerra, la que que– da no quiere trabajar sabiendo que la cosecha no ha de ser suya. Quan- 50. José Baquíjano y Carrillo. "Plan del estado de las provincias de América" p. 189.

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